Cap. 2

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Park tomó esa carta, la guardó en su bolsillo y fue de prisa a abrir la farmacia.

El día estuvo ajetreado, la gente iba y venía, niños enfermos y mujeres con dolor de cabeza. Remedios para la resaca qué el mismo usó.

Una comida ligera para aliviar el estómago y muchos líquidos tuvo ese día el pelirosado.

Casi al terminar su jornada acomodó las últimas cajas de medicamento del día, cerró su caja, tomó su dinero y se dispuso a cerrar.

Apago las luces, cerró con llave y salió por una puerta pequeña al lado de la principal.

Un auto se paró frente a la farmacia y sonaba su claxon con insistencia.

El pelirosado miro fastidiado al impertinente, era ella, su nueva amiga, su vecina del extranjero.

-Sube - ella hacia señas hasta que la vio.

Jimin caminó hasta el auto, y subió, saludo a la chica y el auto partió hasta su hogar.

-Traje carne para ambos - Ella le dijo recordándole que ella se ofreció a traer la cena.

-Bien, necesitamos fuerzas para limpiar el desastre que hicimos. - Jimin se burló un poco.

Llegaron y primero comieron hasta sasiarse, después tomaron una siesta en medio de risas y pláticas divertidas.

Más tarde cuando al fin despertaron ambos, limpiaron sin descanso hasta dejar la casa limpia y aromática.

Al final tendidos en el piso, mirando sabe dios que en la televisión.

-No lo vuelvas a pensar amigo - ella le dijo de la nada.

-¿Hacer qué? - preguntó el.

- Las pastillas cariño, no lo vuelvas a pensar - ella le dijo viendolo a los ojos - prometelo seré tu amiga por siempre Jimin, pero estoy lo suficientemente loca para tener que cuidarte también.

-Esta bien, lo prometo - le envío una tierna sonrisa.

-Y quien es el tipo de la carta - ella preguntó.

-Como sabes que es un tipo - Jimin interrogó.

-¿Te gustan los chicos no? - ella preguntó cómo preguntar la hora.

-Si, pero, que te hace pensar que qué el que escribió es un chico. - Jimin seguía interesado.

-Lo presiento - ella dijo.

Jimin sacó el sobre y lo examinaron un millón de veces, no había un solo indicio de quien hubiera escrito esas líneas.

Se dieron por vencidos.

-Igual fue algo que sucede una vez en la vida, no creo que se vuelva a repetir - El le dijo guardandola en el primer cajón de mesa de noche.

Ella aceptó la teoría de su amigo y desde ese día fueron únicos. Se veían todas las noches para cenar. Los fines de semana salían al parque a caminar.

Los días pasaron y sin pensarlo un mes había pasado. El frío era inminente, calaba hasta los huesos. El trece de noviembre llegó y el día fue normal para esos dos, comieron y bebieron esa noche. Y al día siguiente ambos trabajaron.

Por la mañana antes de ir a abrir la farmacia, buscando las llaves se encontró con la carta. Volvió a leerla y su corazón se sintió cálido y agradecido, de no haber sido por esa bendita carta no hubiera vivido ese mes tan divertido.

La volvió a guardar y se fue a trabajar.

Tres días después recibió una llamada de Any, ella le decía que no podría cenar con el, sus padres irían a visitarla y la llevarían a sabe dios donde.

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