Capítulo 5

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*25 años después*

Narra Javiera

Ajuste la cadenita en mi cuello y vi su reflejo en el espejo del baño. 25 años y contando desde ese día que nos habíamos separado.

Salí del baño encontrando a Maira dormida en la cama, llevamos ya unos 4 años juntas, pero aun mi corazón y cada parte de mi seguía amando a Flavia, cerré los ojos y lleve mi mano hacia él dije, aun conservaba ese pequeño sol y tal vez algún día se uniría con su luna.

Baje las escaleras mientras terminaba de ponerme mi saco, preparé un poco de café mientras revisaba mi celular, solo había un mensaje.

*– Feliz cumpleaños Javi*

Sonreí ante el mensaje, Emiliano se había vuelto mi amigo después de que Flavia viajó a Italia, luego de saber algo de información sobre ella pedí que dejara de contarme lo que le pasaba, saberlo me hacía mal.

Tomé el café antes de salir directo a la brigada, llegué casi 15 minutos después. Cuando bajé en el estacionamiento Gonzalo me estaba esperando.

– Hey, feliz cumpleaños Cáceres

– Gracias jefe– me acerque hasta él quien me abrazó

– Otro años más, ¿eh?– señaló mi cadenita y solo asentí

– Si– negué porque no tenía muchas ganas de hablar de ello– entramos, creo que va a ser un día largo hoy

– ¿Un presentimiento?

– Si– volvió a abrazarme y entramos en la brigada

– Paty va a venir con las niñas para almorzar

– Maira seguramente se pase también, aun dormía cuando salí

En cuanto entramos algunos de nuestros compañeros se acercaron a saludarme. Estaba siendo un día bastante normal, pero tenía un presentimiento de que algo cambiaría.

– Cáceres ven, quiero que revisemos un informe

– Dejo mis cosas y voy

– Claro te espero– lo vi entrar en su oficina y caminé a la mía. Deje mi mochila sobre la silla y agarre mi libreta.

Sobre el escritorio tenía dos fotos, una era con la Maira en una de nuestras salidas y la otra era de los dijes, la única foto de los dijes juntos. Emiliano me la había dado después de que Flavia se fue, él la había sacado cuando ayudó a comprarlos.
Salí de mi oficina y fui hasta la de Gonzalo, di un golpe en la puerta antes de entrar.

– Cáceres ven– avance y él tendió una caja hacia mí– feliz cumpleaños

– Gracias– tomé la caja

– Espero que te guste– abrí la caja y encontré un marco con una foto mía junto a mi madre

– ¿Qué?

– Mande a que restauraran la foto, cuando fui a tu casa la última vez vi que esta foto no estaba en las mejores condiciones así que la tome y me encargue de que la restauraron para ti

– Gonza…

– Creo que hay algo que no lograste ver antes– le pase la foto, le quito el marco, la dio vuelta y me la devolvió– esa nota supongo que es de tu madre

– Es su letra

Pase mis dedos despacio por la foto mientras leía la pequeña nota, "Javi mi niña, desde el día en que supe que estaba esperando sabía que me harías la madre más feliz, eres mi luz y mi salvación. Te amo, mamá"

– No pude salvarla

– Hiciste todo lo que estaba en tus manos, no pudiste hacer más

– Yo creo que no debí rendirme

*Flashback*

Hacia 5 meses que Flavia se había ido a Italia, hablamos muy poco, la diferencia de horario era demasiada y más con  nuestras cargas horarias, solía estar toda la mañana en la cafetería y en la tarde en la escuela de policías.

Estacione mi auto frente a la casa de mi madre, la última vez que estuve había intentado que se fuera conmigo pero ella seguía negándose, decía que Alejandro cambiaría pero yo sabía que no era así.

Camine por el pequeño sendero de cemento desde las rejas hasta la puerta, todo estaba demasiado tranquilo, di algunos golpes en la puerta pero nadie respondió.

– Mamá, ¿estás aquí?– tomé las llaves de debajo de la maceta y abrí la puerta principal. Todo estaba completamente oscuro, las cortinas cerradas y las luces apagadas– ¿Mamá?

Intenté prender las luces pero no funcionaban, algo estaba mal, avance unos pasos y sin querer pateé una botella de vidrio.

– ¿Hay alguien en casa?– seguí avanzando hasta la cocina. Había algunas manchas de sangre en el piso, avance un poco más y cuando lo hice pude ver a mi madre tirada, había varias botellas de vidrio rotas y ella tenía sangre en su cara– ¡MAMÁ!

Corrí hasta su lado y me deje caer a su lado, mis rodillas chocaron con el charco de sangre a su lado.

– Mamá, despierta por favor– tomé su cabeza y la coloque en mi regazo– mami por favor no me dejes, mami– sentía mis manos temblar, busqué su pulso pero no lo encontraba– mami por favor, te necesito, no me dejes.

– Ya está hecho– escuché esa voz y sentí el odio corriendo por mi cuerpo, dejé a mi madre despacio en el suelo y me pare– Esta muerta

– Eres una mierda– corrí hasta él y lo empuje– la mataste

– Y tu vas a correr con la misma suerte– tomó mis brazos con fuerza separándose de él y me estrelló contra la pared

Sentí como se me cortaba la respiración ante el golpe contra la pared, sus manos se dirigieron hacia mí cuello y empezó a presionarlo. Intenté golpearlo, pero no podía, él era mucho más fuerte.

– Morirás como tu madre– se acercó aun más a mi, el olor a alcohol era demasiado fuerte y las palabras sonaban arrastradas

*Fin del flashback*

No se si es amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora