Capítulo 9

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*Una semana después* 

Narra Javiera 

Las pistas no nos habían llevado a ningún lado. No habíamos logrado avanzar mucho, solo parecía que caminábamos por la cuerda floja. 

Nuestra sospechosa principal había terminado muerta de una manera extraña y ahora acabamos de arrestar a su pareja. 

– Cáceres– Gonzalo salió de su oficina y se acercó a mí, venía limpiando la sangre de mi labio, por la pelea para detenerlo– ¿qué le pasó?, ¿está bien? 

– Gajes del oficio, nada más 

– ¿Segura estai bien? 

– Si, este weon nada más– empuje al hombre 

Ve a limpiarte antes de que se infecte– asentí y me alejé, pude escuchar un golpe seco contra la pared. Gonzalo había empujado al tipo– te crees muy machito por golpear a las mujeres, ¿vamos golpeame a mi weon? 

Camine hasta el baño para poder limpiar la sangre que seguía cayendo, ya era menos pero dolía un poco. En cuanto me puse frente al espejo mi dije brillo por la luz, llevé una mano a él y cerré los ojos. 

¿Quién iba a decir que esa promesa se iba a romper?, no llegaron a ser cinco años antes de que ella rompiera no sólo con esa promesa sino con cualquier cosa que tuviéramos juntas. 

Apoye ambas manos sobre el lavabo y agaché la cabeza, esto estaba haciéndome mal, volví a incorporarme para ver mi reflejo, tenía unas ojeras que estaban empezando a marcarse y mi piel se veía pálida. 

– Cáceres– la puerta se abrió dejando entrar a Gonzalo, apreté con algo de fuerza el lavabo, estaba cansada– Javi…– se puso detrás mío, vi su reflejo en el espejo y negué levemente– ¿estás bien? 

– Necesito un minuto– puso sus manos sobre mis hombros 

– Javi no tienes que seguir en el caso, pero si lo haces esta bien, eres mi mejor inspectora 

– Esta bien, yo puedo 

– Tomate unos minutos, empezaremos con el interrogatorio– asentí y él salió del baño dándome un respiro de todo

Me tomé unos cuantos minutos antes de salir del baño, caminé hasta la sala de interrogatorios y me quedé mirando tras el espejo de dos caras, estaba cansada como para ser parte del interrogatorio. 

– Habla, ¿qué tienes que decir? 

– Ella me dijo la ayudara a cuidar de ese niño y yo acepte, pero yo no sabía de dónde salió el, no sabía que lo habían secuestrado

– ¿Y esperas que te creamos? 

– Hice todo lo que ella quería no más, jamás hubiera secuestrado a un niño 

– Tienes antecedentes, ¿qué te haría uno más? 

– Nunca lo haría

– Lizama, llévatelo– vi a Lizama agarrar al hombre que luchaba para que no se lo llevaran 

– ¡ESPEREN!– siguió luchando– ¡INVESTIGUEN A EMILIANO BETANCOURT!

No, no… no podía ser que Emiliano este metido en esto, después de que se lo llevaron Gonzalo entro en la sala donde estaba. 

– Busca a Emiliano Betancourt y traelo aquí 

– Jefe, no creo que Emiliano este metido en esto 

– Cáceres, te necesito concentrada, se que conoces a Emiliano pero debes cumplir con lo que te estoy pidiendo, ve a buscar a Emiliano Betancourt y traelo aquí 

– Sí jefe– agarre mis cosas y salí de la sala, antes de que cerrará la puerta escuché a Gonzalo hablar

– ¡Ve con Zamora! 

Zamora escuchó el grito de Gonzalo y me siguió, los dos caminamos hasta el estacionamiento. 

– Dame las llaves Cáceres, yo manejo

– Ten– le pase las llaves del auto y di vuelta para subir del lado del acompañante– ¿sabes cómo llegar? 

– Tengo la dirección

Pocos minutos después estábamos frente a la casa de Emiliano, ya había estado aquí, nunca entré pero algunas veces nos juntábamos a hablar. Era la única persona que sabía sobre mis sentimientos por Flavia y la única persona que estuvo conmigo cuando mataron a mi madre. 

*Flashback* 

Abrí la puerta y me quedé completamente quieta cuando lo vi a él, Emiliano Betancourt, el hermano menor de Flavia. 

– Javiera, lo siento– me hice a un lado para que entrara– se que no soy Flavia, pero quise acompañarte hoy 

– Gracias por venir– sonreí levemente mientras nos conducía dentro del departamento 

– ¿Cómo te sientes? 

– Adormecida– camine hasta la cocina y serví unas tazas con café– no se que es lo que esta pasando, no se como debo actuar 

– Solo debes ser tú– puso una mano en mi hombro

– Ya no se quien soy– le pase una de las tazas y lo guíe hasta el balcón, necesitaba aire, poder respirar tranquila– sabía que algún día esto iba a pasar 

– ¿Qué? 

– Él es un hombre violento, nos golpeaba a las dos… pude salir de esa casa cuando me mude aquí, pero ella no quería irse– baje la vista– debí haber hecho más por ella 

– Creo que hiciste cuanto pudiste 

– Se que debí haber hecho más, no se supone que esto debería ser así 

– Nada de lo que está pasando debería ser así– no entendí que fue lo que quiso decirme, pero realmente hoy no tenía ganas de nada, solo tal vez encerrarme a llorar hasta que ya no quede más de mi. 

Poco después Emiliano se fue, así que hice lo que más quería, me encerré en mi habitación a llorar. Ya ml cabeza dolía y mis ojos ardían pero solo quería estar sola, la única persona que quería que estuviera conmigo esta del otro lado del mundo siguiendo con su vida. 

Sentí mi teléfono vibrar, cuando lo agarre pude ver el nombre de Emiliano reflejado en la pantalla 

*Llamada* 

– Emiliano, ¿pasó algo? 

– No, solo que Flavia me contó que a veces tienes problemas para dormir y creí que hoy sería un día de esos 

– Lo está siendo, gracias por llamar 

– Puedes contar conmigo, sigues siendo mi elección para mi hermana 

– La extraño

– Se que ella también a ti, ha estado complicada estos días 

– Entiendo… 

*Fin del flashback* 

No se si es amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora