Capítulo 13

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*Dos semanas después* 

Narra Flavia

Aún no habíamos hablado bien con Javiera, solo algunos cruces que terminaron en una pequeña discusión, ella había descubierto que Dante es un tipo violento y entré que una cosa llevó a la otra, terminé besándola en su casa. 

*Flashback* 

Llegué a la casa de Javiera y toque el timbre esperando a que alguien me atendiera. Escuché su voz por el comunicador parecía molesta, pero se notó el cambio en su voz al hablar conmigo. 

– Flavia– Maira fue la que abrió la puerta, tenía una remera larga verde– pasa 

– Gracias, me gustaría hablar con Javiera 

– Claro, ya baja– unos segundos después la vi bajar las escaleras, tenía una camiseta negra y un pequeño short. Se veía tan hermosa 

– Flavia– avanzó y se quedó quieta mirándome– Así que ustedes dos se conocían 

– Si poh, si si te dije que te vino a buscar, cuando estábamos hablando por teléfono antes de… – Javiera movió la cabeza sin dejarla terminar 

– Perdonen, no quiero molestar 

– No, no Flavia, siéntate– mire a Maira que me indico que me sentara en el sillón 

– Eh… – pase mi vista a Javiera indicando que necesitaba hablar con ella a solas 

– Maira… 

– Las dejo, me voy a descansar– se levantó del sillón y subió las escaleras. Después de que se fue las dos nos acomodamos en el sillón 

– En serio, espero no molestar 

– Tranquila, te dije que podías venir si lo necesitabas– pasó su vista por mí, viendo el vendaje en mi mano– ¿que paso? 

– Dante, él… 

– Dime que no– no se como mirarla, porque se lo molesto que es esto, puedo ver el dolor atravesar su cara. Toma con delicadeza mi mano en la suya– Flavia… 

– Joaquín la reviso, dijo que está bien 

– ¿Y le dijiste a tu cuñado que tu marido te reventó la mano contra la puerta? 

– No es para tanto 

– No lo justifiques, el primer paso es asumirlo

– No debí haber dicho lo que dije 

– No Flavia, no importa lo que hayas dicho, el no tiene porque lastimarte

La miro unos segundos, siento que ella nunca va a entenderme, nada es tan fácil. Me levanto del sillón y me alejó de ella quedando de espaldas, se que me imitó porque sostiene uno de mis brazos. 

– Perdón– gire quedando de frente– no quiero que te lastimen, yo siempre te voy a ir con la verdad, tu si que me importas 

Me quedo mirándola, su cara refleja dolor y preocupación, algo que yo estoy causando en ella, Javiera solo esta ahí, parada frente a mi, esta descalza así que se nota la diferencia de estatura. 

– Tu sabes lo que le pasó a mi madre por un tipo como Dante, no quiero que te hagan lo mismo, no si puedo evitarlo 

– ¿Me ayudarías? 

– Claro que sí Flavia, eres importante– la veo agarrar su dije– una vez prometí quererte y aunque las promesas no son mis cosas favoritas, voy a cumplirla 

– ¿Tú me quieres? 

– Yo– baja la vista unos segundos– no se lo que siento, no se si es amor, si es cariño o que… solo se que no quiero perderte

– No me vas a perder Javi– ella cerró los ojos ante el apodo 

No puedo dejar pasar esta oportunidad, sin que ella pueda evitarlo la tomó con una mano por la cintura y con la otra en su nuca la atraigo para besarla. 

Puedo sentir que está sorprendida por mi acción pero no dura mucho, responde al beso, sus manos se dirigen hacia mí cuello y siento sus uñas acariciar mi nuca de una forma tan placentera. Ahora si ya no me importa nada, bajo mi mano despacio a su cintura para apretar con algo de fuerza haciendo que jadee y aprovechó para pasar mi lengua a su boca. 

Es la mejor sensación sentir como ella responde a mi, hay una pequeña lucha por quien va a tener el mando en esto pero ella se rinde, no quiero que pare, pero Javiera decide terminar el beso, se separa despacio de mi y junta nuestras frentes. 

– Javi… 

– No digas nada, por favor– sus ojos están llenos de lágrimas

– No llores mi amor– acaricio sus mejillas secando algunas lágrimas que caen– juntemonos a hablar como corresponde 

– Esta bien– la atraigo hacia mí para abrazarla, siento como se relaja en mis brazos 

*Fin del flashback* 

Sonrió mientras me acuerdo de eso, terminó de cerrar los botones de mi vestido y bajó las escaleras, Martita acababa de dejar el café junto con las demás cosas en la mesa. 

– Señora.

– Gracias Martita– agarró una de las tostadas sonriendo, Javiera me pego ese gusto por las tostadas con palta, aunque si estuviera conmigo me quejaría con ella. 

– Él señor salió a trabajar hace un rato y la niña aun duerme 

– Esta bien– agarró mi celular para escribirle a Javiera, tenemos que hablar aunque ella no quiera 

*– ¿Crees que podamos vernos hoy? 

Esperé varios minutos pero no recibí ninguna respuesta, ni siquiera leyó el mensaje. Algo tiene que haber pasado, no importa nada ella siempre contesta. Insisto una vez más pero el sonido del timbre me distrae. 

– ¿Quién es Martita? 

– Es la inspectora, la señora Javiera 

– Qué pase– me quedo esperándola y veo a Martita abrirle la puerta 

– Pase por favor

– Gracias– escucho su voz baja casi como un susurro y me pongo de pie 

No se si es amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora