Narra Javiera
Miranda corre hasta Flavia y la abraza con fuerza, me quedo junto a la puerta solo observándolas unos minutos, ambas se separan para caminar hasta el sillón. Voy hasta la cocina para buscar unos vasos con agua, cuando vuelvo a la sala escuchó que las dos están hablando, dudo antes de acercarme pero Miranda me indica que lo haga.
– Por favor denuncia a Dante– permanezco en silencio pasando mi mirada entre las dos
– Miranda
– Mamá por favor, has la denuncia, no quiero que él te vuelva a lastimar
Flavia me mira como pidiéndome alguna forma de apoyo, le pasó el vaso con agua, Miranda también me mira y las dos esperan a que diga algo.
– Yo te apoyo Flavia, pero Miranda tiene razón debes hacer la denuncia, no puedes dejar que Dante vuelva a hacerte daño
– Está bien, ¿podemos hacer la denuncia ahora?– asiento
– Iré con ustedes– Flavia intenta discutir con su hija, pero ella solo niega, no se trata de una opción ella va a estar con su madre
Flavia puso la denuncia en la brigada, nos llevo un rato largo que cuente todo lo que pasó, Miranda en todo momento se quedó junto a ella, cuando terminamos con todo Gonzalo me llama a su oficina.
– ¿Cuándo pensabas decirme que Flavia Betancourt sufre de violencia intrafamiliar?
– No iba a traicionar su confianza, estoy haciendo las cosas como corresponde, tomé su denuncia
– Cáceres debiste hablar primero conmigo
– No, claro que no, no voy a traicionarla, no voy a traicionar su confianza. Debo protegerla
– ¿Debes protegerla?, tienes que proteger a todas las mujeres de Chile que lo necesitan, no sólo a ella
– Debo ser quien la proteja, yo no voy a ser la persona que la lastime, voy a cuidarla aunque arriesgue todo por ello
– No entiendo cómo eres capaz de arriesgar todo por una mujer Javiera– dio un golpe en el escritorio y empezó a dar vueltas por la oficina
– No se trata de eso Gonzalo, se trata de estar con ella. Tu sabes todo lo que pase en mi vida, no voy a perderla de nuevo
– Tienes que concéntrate en el caso
– No porque yo la apoye o esté a su lado quiere decir que no me voy a concéntrate, me conoces
– Creo que ya no tanto
– Yo tampoco te conozco a ti, no eres para nada ese amigo que siempre me apoyó
– No puedo apoyarte en esto– asiento algunas veces
– Hablamos luego– intenté irme pero él me frena
Ambos nos observamos unos cuantos segundos, no logró entender cómo cambió tanto, siempre me apoyó cuando lo necesite y esta vez me soltó la mano.
– Ya no logro reconocerte, ¿dónde está mi mejor amigo?, ¿dónde quedó aquel que dijo que siempre me iba a apoyar?
– Javi…
– Ese tipo casi la mata y yo no estuve, otra vez no pude ayudarla– sentí mi voz quebrarse y las lágrimas picando en mis ojos– no puedo perderla a ella también, tengo que ayudarla
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No se si es amor
أدب الهواةMuchos creen que el tiempo lo cura toda, pero si al tiempo le sumamos la distancia y los secretos, ¿qué resultado tendremos?