𝐂𝐚𝐩 𝐗𝐕𝐈𝐈 𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐋𝐚𝐬 𝐏𝐢𝐞𝐫𝐧𝐚𝐬 𝐃𝐞 𝐔𝐧𝐚 𝐃𝐢𝐨𝐬𝐚, 𝐂𝐚𝐦𝐢𝐥𝐥𝐞 𝐃𝐞 𝐋𝐚 𝐂𝐫𝐮𝐳

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Nadia

Estuve días encerrada en mi habitación, hubieron algunas notificaciones de la preparatoria por mi ausencia, así que me reportaron enferma, y no mentí, mi alma y mi mente estaban enfermas, me daban cólera las personas a mi alrededor, por eso necesito estar sola un tiempo, para poder tragarme todo y fingir que no pasa nada. Solo me comunicaba con Maggie, ella traía comida y medicamentos para mi, pero siendo sincera los platos entraban llenos y salían de la misma forma, le pedí que no comentara nada, que dijera que tengo un resfriado y que se me pasara, lo que menos necesito ahora es preocupación falsa.

Tengo todas estas libertades porque mi abuelo está en un viaje por Europa y regresará dentro de unas semanas, mi madre estará unos días en el convento de monjas participando en una especie de retiro espiritual, mi padre tal vez esté en su oficina ocupado por la ausencia de mi abuelo, de lo contrario, estuviese en problemas porque no sabría como responder o mirarles a la cara. Mientras tanto Adan se encarga de cubrirme, ¿y Alina?, no he sabido nada de ella, ni una llamada o mensaje, nada.

En estos días de soledad y tristeza me aferro a la escritura, antes escribía para desahogarme, ahora, busco reconfortarme en ella, que me devuelva el sentimiento de querer aferrarme a la vida, me hace bien hacer algo que me recuerde que estoy viva sin lastimarme. Mañana será la inauguración de la galería de arte a la que fui invitada, no tenía cabeza para pensar en vestidos, peinados y esas cosas, así que llamé a Martin y le pedí que se encargase de esa parte.

He utilizado estos días para meditar y analizar, sobre todo lo que ha pasado, tampoco he recibido noticias de Tea, ni notas, cartas, presentes, nada, tal vez no fui lo que ella esperaba, es comprensible, estar con esa mujer es como tocar el cielo, mientras que yo solo tengo problemas, no soy lo que ella esperaba, no soy lo que busca.

Me senté sobre la cama para escribir pensamientos repentinos que llegan a mi cabeza, pero alguien me interrumpió tocando la puerta.

-Maggie vete, necesito estar sola -Grité para que me escuchara y se fuera-

Pero siguieron tocando, Dios mío, ¿es que nadie entiende lo que significa estar sola un tiempo?

-No quiero nada, solo vete -Grité nuevamente para que entendiese-

-Abre la maldita puerta Nadia -Era la voz de Adan, es peor que mi madre, y eso es difícil-

Abrí la puerta y lo mire enojada, siempre quieren algo de mi, hice un ademán para que entrase y me aparte de la puerta, entró y se sentó sobre mi cama mirándome fijamente.

-¿Terminaste de llorar? -preguntó Adan irónico-

-No, no he podido llorar en paz -respondí con molestia evidente-

-Lastima, ya no queda tiempo, hay mucho que hacer -dijo con el mismo tono de voz-

-Necesito espacio para pensar, Adan -le respondí desganada-

-Nadia, no es posible -respondió serio-

-Quisiera no ser una Del Alcázar, no se, ser alguien normal, con una vida normal, sin peligro, sin estrés, sin miedo, todo lo que cargo es muy pesado, estoy tan cansada de todo... -dije mientras algunas lágrimas se deslizaban por mis mejillas-

-Lo se, pero si te rindes ahora todo por lo que has vivido habrá sido en vano, no puedes permitir que los demás controlen tu vida, ni siquiera yo, así que te daré la oportunidad de elegir, ¿quieres quedarte aquí a llorar y esperar a que te den órdenes, o prefieres arriesgarte a la posibilidad de ser libre? -me preguntó mirándome fijamente a los ojos-

-¿Y Alina?, ¿Qué haremos con ella? -dije melancólica, todo la situación me ponía mal-

-Actúa como si no supieses nada, le llegará su momento -dijo aun con su mano sobre mi hombro-

Cadenas De Perdición (Girl x Girl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora