Nadia
-Bueno, bueno, que no estás bien, no debería de estar interrogandote de esta manera. ¿Te sientes mejor? -Dijo Emilia hacia mi aún preocupada-
-Claro que está mucho mejor, y como no eres detective privada deberíamos de trabajar con la obra ya mismo, no nos sobra tiempo -le respondió Patricia un poco molesta, aunque es bastante comprensible, preferiría que no fuese tan evidente-
-¡¿Qué dices?!, ¿No ves como está?, se nota que no está nada bien, debería descansar por hoy -contestó Emilia enojada y mirándome con ¿Pena?, ¿Qué está pasando aquí?...-
-Entiendo tu preocupación, pero ella está realmente muy bien -dijo Patricia en un tono firme, como si fuera abogada de un bufet profesional -Estaríamos mejor si te fueras la verdad... -Esto último lo dijo en medio de un susurro para sí misma, pero que pude escuchar por la corta distancia entre nosotras-
-He dicho que va a descansar, Vámonos Nadia, que empiece sola -Dijo tomándome del brazo con mucha determinación y sacándome de allí-
¿En qué momento llegamos a esta situación?, estoy bastante confundida. Mientras me sacaba de la sala no pude decir nada, estaba tan sorprendida por su actitud de madre sobreprotectora que me estaba llevando fuera y no me resistí.
Voltee a ver a Patricia quién tenía la misma mirada que yo, repentinamente volteó la vista y tomó algo que estaba en el suelo a corta distancia de ella, su mirada cambió a una burlona, ¡¡El maldito sostén!!, mientras lo tenía en sus manos jugueteaba con él para burlarse de mí.
Excelente, ahora tiene mi sostén, tendré que regresar por él más tarde cuando esta loca se calme. Salimos de allí y nos dirigimos a la zona de los bancos, nos sentamos y Emilia dió un profundo suspiro, como si acabase de pasar por una adversidad muy difícil.
Y yo que creía que era normal, debí de suponer que si se acercaba a mí muy cuerda no podía estar...
Luego de unos minutos de silencio volteó a verme y me sonrió como esta mañana, esa sonrisa amable y honesta. Le devolví la sonrisa y supe que nuestro momento de silencio había llegado a su fin.
-¿Qué pasa contigo?, entiendo que no es fácil confiar, pero creo que te haría bien hablar un poco, nadie debe de guardarse lo que siente -dijo mirándome a los ojos con comprensión-
No he tenido la oportunidad de conocerla bien, aunque parece ser buena persona, y veo que se está esforzando por acercarse a mi y ayudarme, pero la verdad es que no me siento en confianza, mi vida es un lío en este momento, y siento que hablarlo con ella no hará mucha diferencia.
-Yo... siendo sincera admito que pasan muchas cosas en mi vida y sé que quieres ayudar, pero no me siento cómoda hablando del tema, prefería simplemente no hablar, disculpa por eso -respondí y coloqué mis manos en mis brazos para darme un auto abrazo disimulado-
-Entiendo, pero si en algun momento quieres hablar o necesitas que te escuchen puedes contar conmigo, ¿lo pensarás al menos? -dijo colocando una de sus manos en mi hombro en señal de apoyo-
-Lo haré, gracias - le respondí un poco más cómoda y volteando a ver al frente perdiendome un rato en mis propios pensamientos-
La vida da muchas vueltas, pero la mía está de cabeza, nada es como yo pensé, siento que he vivido una mentira, hay tanto por hacer, descubrir y decir que no se ni por donde empezar, ¿Qué se supone que debo hacer ahora?, ¿Sigo evitando mis problemas o voy y los enfrento de golpe?
La voz de Emilia me sacó de mis profundos pensamientos.
-Tu telefono lleva un rato sonando, Nadia -dijo Emilia-
-Tienes tres llamadas perdidas de Martin, creo que debes contestarle, parece importante -dijo Patricia extendiendome mi teléfono-
Lo tomé y luego de desbloquearlo ví las tres llamadas perdidas, marqué el número de Martin e inmediatamente respondió, es momento de tratar uno de los problemas. La desaparición repentina de Martin y Adan.
-¿Martin?, ¿Dónde estás? - le pregunté a Martin preocupada-
-Nadia, necesito que hablemos, debe ser con carácter de urgencia -contestó Martin nervioso a través del teléfono-
-Estoy en la prepa, ¿Puedes venir aquí? -le contesté preocupada por su tono de voz-
-Voy de camino, hablamos en 10 -dijo y colgó-
Quedé atónita por su actitud, espero y todo salga bien y podamos resolverlo, no estoy acostumbrada a esta versión de Martin, irresponsable, nervioso y preocupado, ¿Qué pasó con él?, ¿Qué puede causarle tanto mal?, ¿Y dónde diablos está Adan?
Son tantas preguntas que me siento ansiosa, comencé a dar pasos en línea recta y a repetir la misma acción con frenesí, Emilia me tomó de las mejillas y me hizo verla mientras inhalaba y exhalaba sucesivamente para que imitase la acción que estaba realizando. Comencé a invitarla mientras cerraba los ojos, me sentía colmada, solo quiero que estén bien, y si mataron ha alguien los ayudaré a esconder el cadáver y saldremos de esta juntos, pero necesito saber.
Luego de unos minutos distraída nuevamente en mis pensamientos llega Martin, luce cansado, se marcan las ojeras en sus ojos, su cara no tiene ninguna expresión en sí, parece un puto zombie, no lleva traje como de costumbre, en su lugar usa un abrigo de color gris, unos jeans holgados y unos tenis negros, es muy extraño todo, pero hace dos días no estaba así, ¿Qué le hicieron?
Me quedé mirándolo extrañada, y no fui la única Patricia y Emilia tuvieron la misma reacción al verlo, se detuvo y durante unos segundos no dijo nada, tomó aire y dió un suspiro pesado y sin ánimo. No había notado que habían más estudiantes en la zona, estaban mirando atentos como si se tratase de un programa de televisión.
-Estoy cansado, muy cansado... -dijo sin mirarme al rostro, su mirada estaba dirigida al suelo y su ambiente melancólico deprimía-
Lo tomé de la mano, sin importarme lo que fueran a decir sobre mi relación con él, sin importarme las consecuencias que nos traería a ambos, solo quería que estuviese bien, y debe haber cosas que sacrificar para eso, nunca dudó en estar para mí, yo no dudaré con él.
Llegamos a una zona más alejada y nos sentamos en el pasto uno al lado del otro, lo observé y aún se veía vacío, como si hubiese vivido cosas horribles. En un intento para transmitirle mi apoyo recosté su cabeza sobre mi hombro y acariciaba su cara suavemente.
Lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas aunque se mantenía en silencio, intenté secarlas pero era inútil, seguían brotando más y más, oh Martin, ¿Qué está pasando?, ¡¡estoy tan enojada conmigo misma!!, ¡Lo único que pienso es que está pasando algo pero no le pregunto de frente!
-¿Estás listo para hablar? -le pregunté directamente-
-Eso creo, solo que no sé cómo te lo puedas tomar... -respondió en un tono de voz suave-
-Siempre que seas honesto no me lo tomaré mal, puedo ser muy comprensiva, y además, me está matando la intriga, solo dime -contesté con el mismo tono de voz-
-No sé cómo pasó, solo pasó, y ahora no puedo tratarlo, no se que debo hacer -dijo desesperado y preocupado-
-Dime el contexto -respondí ahora más comprensiva, no quiero forzarlo-
-Creo que me enamoré, pero de la persona equivocada, no sabía que podria enamorarme de una manera de besar -dijo y se tapó la cara con ambas manos-
Dios mío, yo pensé que estábamos hablando de algo grave, es que mira su estado, su desaparición repentina y como se comporta, ¿Enamorarse es tan malo?, no lo creo, no puedo creer que él esté haciendo un drama, y eso, que la reina del drama soy yo, me destronaste querido Martin.
-No puedes ponerte así por eso, si ella no sabe valorarte se lo pierde, tienes demasiado que ofrecer, no hagas eso, me habías asustado -dije mientras lo abrazaba para confortar lo-
Él me miró con indiferencia, como si le acabase de decir un insulto, volvió a desconcertar me, ¿Qué dije?
-Estoy enamorado de tu primo, estúpida -dijo enojado-
Mis ojos se abrieron como CDs, ¡¿Qué diablos?!
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Cadenas De Perdición (Girl x Girl)
Lãng mạnLa madurez llega con un cambio que sucede para bien o para mal, y eso es algo que está más que claro, pero, ¿qué representa la pérdida de inocencia en algunas personas?, ¿cuál es el precio a pagar por crecer?, ¿el fin de todo es el comienzo de nada...