Nadia
Desperté agotada, necesito un respiro, hay algo que me falta, no encuentro paz hace días, me siento como un zombie, no quiero ni levantarme de la cama, solo quiero acurrucarme en mis sábanas y dormir para siempre, apenas siento mis articulaciones, me sobresalte al sentir un dolor fuerte en el pecho, me senté en la cama como si eso pudiese minimizar el dolor, pero no fue así, sentía que al respirar solo le hacía más presión, necesito salir de aquí... pero recordé que estoy muy cansada para salir o hablar con alguien, tome una sudadera muy grande del armario y me la coloque junto a unos jeans holgados, ahora si puedo desfallecer tranquila, si encuentran mi cuerpo las marcas de lo que pasó anoche no serán visibles.
¿Debería bañarme?, pero no tengo ganas... tampoco quiero escuchar música, no quiero escribir o leer, prefiero esperar mi muerte, es más fácil. Pero soy Nadia del Alcázar, obviamente eso es imposible para mi, alguien llamó a la puerta de mi habitación interrumpiendo mis lamentos, solo déjenme en paz, no necesito más estrés, no saldré a ningún lado...
-Por amor a quien tu quieras solo vete y déjame sola, no quiero ver a nadie -dije sin ánimo-
Nadie respondió. Luego de unos segundos volvieron a tocar, ¿será una culpa que estoy pagando?
-¿Estas sordo?, no fastidies y déjame sola, SOLA MALDITA SEA -dije ahora enojada-
Y tocaron más fuerte, sino me sintiera vacía me hubiese levantado enojada, pero mi cuerpo no quería moverse, así que solo cerré los ojos y guarde silencio. Los golpes en la puerta no cesaban, eran fuertes y escandalosos, me molestaban, pero no tenía fuerzas, estoy cansada, que derribe la puerta si quiere, no me importa ya, no me importa nada.
Y la puerta se abrió, ¿Cómo la abrieron?, excelente, no tengo ni privacidad en mi habitación, un día de estos estaré masturbándome y me interrumpirán, entonces conocerán mi furia interior, claro, sino me dejan acabar.
¿Es enserio?, no soy normal, tienes problemas Nadia, estabas pensando en masturbarte mientras alguien irrumpía en tu habitación, te has vuelto una lasciva, no eras así, ¿Qué paso contigo?, ahora no puedes vivir sin sexo.
Entonces escuche sus pasos apresurados hacia mi cama.
-¿Que hiciste? -pregunto Alina preocupada-
La mire de lado y no respondí, no he hecho nada, bueno hice de todo, ¿pero qué más da?, ya lo hice y no lo puedo cambiar, incluso me cuestiono si lo cambiaría.
-Nico... -susurro Alina sentándose a mi lado-
Salieron lagrimas de mis ojos al escucharla llamarme así, hace días que no hablamos, no tengo nada en que confortarme, Alina, soy una estúpida, no imaginas lo que hice, lamento haberte hecho daño, lamento no ser lo que crees, y lo que más me duele es que estaba enojada desconfiando de ti, y luego yo estuve con alguien más...
Alina
Ella volteo a verme en silencio, se veía agotada y deprimida, mientras la veía sentí como su tristeza se me contagió, Nico, ¿Qué está pasando?
-Nico, ¿Qué hiciste? -le pregunté apretando su mano con fuerza, necesita apoyo, por eso tengo que saber que pasa-
Entonces comenzó a llorar, me recosté a su lado y la abrace, como quisiera llevarte conmigo muy lejos de aquí, lamento no poder hacer nada.
-No importa lo que hayas hecho, siempre estaré junto a ti, lo solucionaremos juntas -dije mientras le daba un beso corto en la frente y seguía abrazándola-
-Lo siento, de verdad lo siento... -dijo sollozando, es tan tierna y linda-
-Amor, no importa ya, tenías tus razones para enojarte conmigo, puedo explicarte todo... -Dije esto último susurrando-
ESTÁS LEYENDO
Cadenas De Perdición (Girl x Girl)
RomanceLa madurez llega con un cambio que sucede para bien o para mal, y eso es algo que está más que claro, pero, ¿qué representa la pérdida de inocencia en algunas personas?, ¿cuál es el precio a pagar por crecer?, ¿el fin de todo es el comienzo de nada...