Cadenas De Perdición (Girl x Girl)

𝐂𝐚𝐩 𝐗𝐈𝐈𝐈 𝐒𝐞𝐱𝐨 𝐂𝐥𝐚𝐧𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐂𝐨𝐧 𝐔𝐧𝐚 𝐃𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐝𝐚 (𝐏𝐚𝐫𝐭 𝐈𝐈-𝐈𝐈)

Nadia

¿Quien eres?...

Me pregunté, su cuerpo sin dudas era un deleite total, tenerla entre mis piernas me tenía tan nerviosa, no quería ni pensar en la probabilidad de que sea la única vez, no puedo permitirme el lujo de tentar a la suerte, es una exquisitez cada sensación que me recorre, y lo más excitante, es que ella es todo un misterio...

Entonces escuche una pequeña y corta risa de su parte, juro que la grabe en mi memoria. Se acercó a mi rostro lentamente, me tomó por el mentón y acariciaba algunos mechones de mi cabello, mi respiración se agito, ¿se puede morir a causa del placer?, cerraba mis ojos con fuerza, Oh Dios, esta mujer es un pecado divino.

Su respiración era entrecortada, aunque relajante en cierto punto, apacible e incluso delicada, era tan hermosa, nunca habia escuchado algo así, hasta su respiración me prende, estaba tan agitada como yo, maldita sea, si eres el mismísimo diablo, quiero cojer con el mismísimo diablo, quiero entregarle cada extensión corporal, gota de sudor, lágrima, mi alma inclusive.

 Tome su cuerpo y lo acerque al mío, a tal punto en el que nuestras piernas estaban encajadas entre sí y con los torsos ceñidos y desnudos, mis manos estaban colocadas en su espalda baja mientras le hacia presión para que mantuviese la posición, no puedes darme el cielo y luego negarme la entrada, no quiero que sea algo de una vez, hasta dudo de lo que siento por Alina, tal vez me equivoque y no sepa lo que es el amor. Des comprendes mi mundo Tea...

El roce de su entrepierna y la mía me dejaron al borde del delirio, y empeoró cuando se hicieron presentes movimientos bruscos aunque lentos de su parte, toda una tortura placentera, me jaló del pelo con fuerza, haciendo que se me escape un gemido, duele aunque se siente muy bien, hizo que me aferrara a ella con fuerza, sus movimientos se volvieron más intensos, aunque mantenían el ritmo. Jadeaba sin cesar, ella, yo, nuestras respiraciones pesadas, nuestros cuerpos intimando, la oscuridad de la habitación, ¿esto es el cielo?, es divino, no sabia que existia la posibilidad de sentirse asi, cada cosa se siente excitante de manera exagerada.

Entonces libere toda la tensión sexual acumulada teniendo un orgasmo, intente no gritar pero no lo contuve, no tuve la fuerza para ello, mi cuerpo arqueaba, mis ojos se quedaron en blanco, no podía controlarlo, no podía controlarme, respiraba agitadamente, así que cerré mis ojos y me recosté en el sillón, lo extraño es que aún quería más, no podía casi moverme y no era suficiente para mi, quiero más, y repentinamente interrumpió mis pensamientos al bajarse de encima mío, y colocarme de espaldas. 

Tomó lo que por el tacto podría distinguir como una soga y ató mis muñecas con rudeza, estaban tan apretadas que sentía como mis muñecas ardían, me hallaba arrodillada encima del sillón, me jalo hacia atrás por el pelo, se acercó a mi boca y comenzó a morder mis labios, parecía como si los quisiera devorar, los mordió tan fuertemente que provocó que sangraran, como respuesta recibió un quejido de dolor, pero no le pedí que se detuviera, al sentir algunas gotas de sangre deslizarse por mi mentón las lamió.

Pasó a tumbarme sobre el sillon con la cabeza hacia abajo, me costaba respirar, estaba sometida e indefensa, mi cuerpo temblaba, y al sentir su roce era más fuerte cada temblor, sentía miedo, no sabía qué hacer, ¿qué quiere de mí?, ¿que busca?, me preguntaba una y otra vez pero aun no conseguía responder. Continuó acariciando mis muslos lentamente, estaba muy húmeda y derretida, entonces sentí como pasaba su lengua por mi intimidad bruscamente, paso a besarme, morderme y nalguearme sucesivamente, sentía mucho dolor, pero no le pedí que se detuviera. Los gemidos no cesaban, y no solo eran míos, parecía estarlo disfrutando tanto como yo, sentía tanto placer y dolor, es como si tuviese sexo entre el cielo y el infierno, amaba cada sensación y sentimiento que me recorría, y tuve un segundo orgasmo.