Nadia
Un ruido fuerte me despertó, ¿Qué pasa?, uno no puede ni dormir tranquilo, abrí mis ojos desganada, solo quería seguir durmiendo, encendí mi teléfono y vi la hora
12:34 PM
Esta hora me da miedo, nunca se sabe que puede esconderse en la oscuridad, como que no tengo muchas ganas de revisar que pasa, mejor me quedo aquí en la seguridad de mi cama donde no hay nada más que yo, mi almohada y mis sábanas.
Cerré mis ojos e intenté ignorar lo que me había despertado, voy a tener que dormir con una biblia abierta para espantar posibles intrusos demoniacos.
Nuevamente el ruido me escandalizó, venía de la ventana, es imposible que alguien haya podido entrar, y más a estas horas... ¿Por qué no me llega a la cabeza una canción cristiana en estos momentos?, Dios mío, ten misericordia de mi alma.
Me levanté insegura y asustada, cuenten mi historia por favor, fui al closet y tomé uno de mis tacones, solo por si acaso. Hubo otro ruido en la ventana, así que de puntillas llegué a la ventana, tenía mucho miedo de rodar la cortina. Entonces pensé que podía ser un hada y emocionada rodee la cortina y abrí finalmente la ventana.
Asomé mi cabeza con muy emocionada y sonriente, nunca he visto un hada, ¿Se parecerán a las ninfas griegas, o ¿son tipo Tinker Bell?
Pero para mi sorpresa no era un hada, que decepción, quería presenciar un ser mitológico, y me encuentro el demonio de Martin con piedras en las manos, ya no me deja ni dormir.
-¡¿Qué quieres ser demoniaco?! -dije susurrando molesta, en un tono no muy bajo para que me escuchase-
-Tenemos que hablar -dijo imitando mi tono de voz-
-¡¿A esta hora?! -respondí más molesta, no tengo paz ni durmiendo-
-¡Baja ahora mismo! -Dijo amenazándome con una de las piedras-
Lo fulminé con la mirada muy enojada y cerré la ventana, entonces comencé a buscar algo desesperadamente, y lo primero que encontré... el abrigo que me regaló Alina... lo observé por unos momentos en silencio con mucha tristeza, aun no me creo del todo que sea verdad, sigo esperando a que me diga que es mentira, que no me mintió, que cada vez que me dijo te amo lo hizo honestamente, salieron lagrimas de mis ojos, las sequé, tiré el abrigo y seguí buscando.
Me puse unos jeans, unas zapatillas deportivas y una polera con mangas cortas, pensé en tomar mi mochila, pero como solo íbamos a hablar preferí dejarla, bajé las escaleras apresuradamente de puntillas, me siento como una espía, me gusta esa profesión, el peligro, los secretos, los trajes, tal vez en mi próxima vida, nunca se sabe.
Al llegar a la entrada me asomé por la puerta, vi a Martin y salí, ¿Dónde están los guardias de la entrada?, esto es muy sospechoso, Martin, ¿Qué les hiciste?
-¡Por fin!, si hubiese sido que me estuviese desangrando habría muerto hace media hora -dijo irónico-
-¡¿Qué quieres Martin?! -Dije directa y molesta, estas no son horas para hablar-
-¿Qué sabes sobre los De la Cruz?, necesito saberlo antes de que Adan me pregunte, últimamente está muy histérico -dijo mirándome fijamente con intriga-
-Emm, yo... -estaba nerviosa, ¿Qué le digo?, no sé qué decirle sinceramente-
-Aja, aja -respondiendo insistiendo para que le contase-
-Bueno fui a la galería, ...charlé con unos conocidos, y observé las exposiciones, unas exposiciones muy provocativas y vulgares la verdad, nadie se lo esperaba -dije nerviosa entre risas-
ESTÁS LEYENDO
Cadenas De Perdición (Girl x Girl)
RomanceLa madurez llega con un cambio que sucede para bien o para mal, y eso es algo que está más que claro, pero, ¿qué representa la pérdida de inocencia en algunas personas?, ¿cuál es el precio a pagar por crecer?, ¿el fin de todo es el comienzo de nada...