Aemma esperaba afuera de la habitación con el corazón en un puño, sus manos temblorosas y sudadas por la ansiedad. Su mente estaba llena de preocupación y sus pensamientos se centraban en el bienestar de Daemon. Cada segundo que pasaba se le hacía eterno, deseando saber cómo se encontraba el príncipe después del accidente.
Finalmente, la puerta de la habitación se abrió, y un médico salió al encuentro de Aemma. Sus ojos buscaron los del médico con impaciencia, esperando ansiosamente sus palabras.
―Mi lady, el príncipe Daemon se encuentra bien. Le brindé un poco de leche de amapola para el dolor. ―dijo el médico con una sonrisa tranquilizadora.
El alivio inundó el rostro de Aemma, y un suspiro de gratitud escapó de sus labios. Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad al escuchar aquellas palabras tan esperadas.
―Gracias a los dioses ―susurró Aemma, sintiendo cómo su cuerpo se aflojaba por fin, liberando la tensión acumulada en sus hombros.
El médico le aseguró que Daemon solo había sufrido algunas contusiones leves y que pronto se recuperaría por completo. Aquella noticia era un bálsamo para el alma de Aemma, quien había temido lo peor.
Sin poder contenerse más, Aemma pidió permiso para entrar y ver al príncipe. El médico asintió amablemente, y ella se apresuró a entrar en la habitación.
Allí, encontró a Daemon descansando en una cama, todavía un poco pálido pero con una sonrisa en los labios al verla. Sus ojos se encontraron y una mirada llena de alivio y cariño pasó entre ellos.
―Lady Aemma―Soltó Daemon con voz suave, acomodando su cuerpo en una posición más elevada en la cama.
―Príncipe, no debería moverse. Debe descansar.
―Me encuentro bien, sólo deseo no verme como un enfermo.
Aemma sonrió ligeramente, sintiendo cómo el latido de su corazón se calmaba al tenerlo a salvo frente a ella.
―Déjeme ayudarlo―Pronunció Aemma, acercando su cuerpo hasta él. Daemon sólo asintió mientras la observaba desde su posición.
Aemma se acercó a la cama con cuidado y cariño, sus manos temblaban ligeramente por los nervios mientras se preparaba para ayudar a Daemon a acomodarse en una posición más cómoda. La habitación estaba llena de una atmósfera cargada de emociones, y el suave resplandor de las velas parecía envolverlos en un halo de intimidad.
Daemon le sonrió con gratitud cuando ella llegó a su lado, y Aemma sintió cómo el corazón le latía con fuerza en el pecho. Sus miradas se encontraron, y en aquel instante, ambos sabían que había algo especial entre ellos.
Con cuidado, Aemma apoyó una mano en el hombro de Daemon, brindándole apoyo mientras se incorporaba. La cercanía de sus cuerpos hizo que su piel se erizara, y un cosquilleo recorrió su espalda cuando sintió el calor que emanaba de él.
Los ojos de Aemma se posaron en los de Daemon, y en aquel intercambio silencioso de miradas, se comunicaban más de lo que las palabras podían expresar. Había complicidad y cariño en aquellos ojos violetas, y Aemma se sintió abrumada por las emociones que le provocaban.
Con suavidad, Aemma lo ayudó a acomodarse en la cama, asegurándose de que estuviera cómodo y sin dolor. Cada roce de sus manos en la piel de Daemon provocaba una sensación eléctrica que la hacía sentirse viva y vulnerable al mismo tiempo.
―¿Se encuentra mejor? ―preguntó Aemma con ternura, sus ojos brillando con preocupación.
―Mucho mejor ―respondió Daemon con una sonrisa, sus ojos nunca apartándose de ella.
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Duty | 𝐀𝐞𝐦𝐦𝐚 𝐀𝐫𝐫𝐲𝐧 𝐲 𝐃𝐚𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧
Fanfiction𝐩𝐨𝐫𝐭𝐚𝐝𝐚 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐚 𝐩𝐨𝐫: @𝐦𝐬𝐬_𝐩𝐮𝐧𝐢𝐚 Aemma Arryn fue criada por su padre para ser una buena esposa y una gran dama. Una mujer como había sido su madre antes de morir. Ella estaba totalmente comprometida con su casa y luego estuvo muy...