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Capítulo 3

Un árbol balanceándose en el aire de tormenta

— Y entonces ¿Está rico?

Giyuu levantó su mirada de su plato de daikon con la boca llena y las mejillas hinchadas, con la cara manchada con el exceso de comida. Me miró con los ojos muy abiertos y cubrió su boca con su mano, asintiendo con entusiasmo.

— Mhm — respondió simplemente.

Mi corazón latió con fuerza y me sonrojé de manera notoria. "¿Cómo mierda alguien puede ser tan lindo?" Me pregunté. Mientras tanto, Giyuu bajó la cabeza mirando hacia su plato nuevamente, poniendo toda su concentración en comer otra vez.

— Oye, yo... te quería pedir algo — comencé. — Lo he estado pensando mucho y... quiero reconciliarme con Genya, pero no sé cómo — me miró atentamente mientras seguía comiendo, escuchando cada palabra que decía. — Pensé que tú eras mejor con esta mierda de los sentimientos, así que tal vez podrías ayudarme.

El Pilar del Agua asintió con una pequeña sonrisa, solamente dándome un "hm" como respuesta. Sonreí ligeramente y esperé a que terminara de tragar su comida para que pudiera responderme.

— ¿Así que quieres que yo te ayude? — asentí. — No soy bueno con las palabras, pero ¿Tal vez podrías escribirle una carta?

Miré apenado hacia otro lado, sintiendo cómo mi cara se teñía de rojo. Giyuu me miró confundido.

— No sé escribir — dije de manera casi inaudible. Él levantó una ceja.

— No te escuché ¿Qué dijiste?

— Que no sé escribir, carajo — dije de modo un poco más agresivo, bastante avergonzado. — Perdón — me disculpé rápidamente.

Me daba vergüenza admitirlo, pero era la verdad. Había crecido en la pobreza y toda mi vida se había basado en intentar criar a mis hermanos y reemplazar a mi padre, por lo que mi educación había sido mínima.

Giyuu me miró un poco sorprendido, pero asintió comprensivamente. Se levantó apresuradamente y se acercó con timidez al mostrador del restaurante, para luego de unos segundos volver a la mesa con un papel, un pincel y un tintero. Estaba sonrojado hasta las orejas y sudaba como un loco, pues socializar no era su fuerte, y seguramente no había sido fácil para él pedirle algo a un extraño.

— Dime qué quieres que escriba — dijo simplemente.

Sonreí un poco ante su acción. Me pareció de lo más lindo que no sólo se hubiera atrevido a hablar con un desconocido por mí, sino que también se estaba ofreciendo para escribir en mi lugar. No podía creer que él hiciera tanto por mí, realmente no entendía su cariño y eso me abrumaba ¿Por qué me encontraba digno de amor?

Tomé un sorbo de té para calmar mis nervios y exhalé pesadamente, pensando bien las palabras que podía decirle. Pasados unos segundos, comencé a hablar con voz temblorosa.

— Quiero que le digas que... lo siento mucho. Que he sido un hermano de mierda... no, no pongas eso — Giyuu tachó rápidamente lo ultimo que escribió. — Que he sido un hermano terrible y que él no ha hecho nada malo. Dile que es un joven muy talentoso, fuerte y amable, y que va a llegar muy lejos si es que se lo propone. También pon que... que yo sólo quiero que sea feliz, y que me alegra que esté haciendo nuevos amigos. Además de que ese mocoso de Tokito es un buen chico, no me molesta que pase el tiempo con él, pero que no sea demasiado tiempo, aún son muy jóvenes para esas cosas — sonreí con algo de nostalgia, suspirando. — Y por favor, dile que estoy orgulloso de él. Que no importa lo que haga, o a quién ame — tomé la mano libre de Giyuu con fuerza — lo seguiré queriendo. Porque es mi hermano menor, y se supone que debo protegerlo. Mi vida se ha basado en eso desde que tengo memoria.

Cicatrices || Kimetsu no Yaiba fanfic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora