▪︎6▪︎

395 40 201
                                    

¿Dónde estabas cuando tenía miedo? ¿O cuando necesitaba que me protegieras?

¿Por qué preferiste manchar tus manos de sangre y dejarte morir en vez de cuidarnos, como debías?

Ahora estoy completamente sólo, y no lo entiendo. Escogí entregarme de lleno a proteger a los demás, evitando así convertirme en alguien como tú. Pero ahora mírame, estoy lleno de heridas y cicatrices que no sé si algún día llegarán a sanar.

Capítulo 6

Tormenta de invierno

Fue demasiado rápido. No me di cuenta del momento exacto en el que la dimensión infinita quedó completamente destruida. Sólo recuerdo que yo estaba entre los escombros de ésta, en lo que parecía ser una ciudad. Aunque no estaba totalmente consciente, sabía perfectamente lo que había sucedido escasos minutos atrás.

¿Por qué?

¿Por qué seguía vivo?

No recordaba nada, luego de que mi hermanito dejó éste mundo, todo dejó de tener sentido, como si mi consciencia me hubiera abandonado por completo. Aunque, sinceramente, creo que eso fue lo mejor que me pudo haber pasado, pues si hubiera estado en todos mis sentidos hubiera sido aún más doloroso.

Ya no había nada, se había acabado. La razón por la que peleaba, por la que había decidido seguir con vida en primer lugar se había ido. Toda mi familia se había ido y yo no pude protegerlos, me sentía inútil. Cada intento por mantener a Genya a salvo, todo lo que había sacrificado por él resultó ser en vano. No logré mantenerlo a él ni a Muichiro con vida, la impotencia me carcomía por dentro. No había nada por hacer, no quedaba nadie por quien luchar.

No es cierto, si había una persona más.

— ¡Sanemi!

Una voz, la que más anhelaba escuchar, llegó a mis oídos. Me encontraba tumbado en el piso, apenas consciente y con el pensamiento persistente de querer morir, pero escuchar su voz hizo que mi corazón latiera más rápido, devolviéndome la motivación y algo de ganas de vivir, las cuales creí completamente extintas antes de ese momento.

— ¿Giyuu? — apenas salió un hilo de voz, pero sentí cómo me volvía el alma al cuerpo.

El chico se acercó corriendo a mí, por lo que hice un esfuerzo inhumano para levantarme y correr hacia donde él se encontraba. Salté a sus brazos sin dudarlo un segundo y dejé que me abrazara, mientras ambos cerrabábamos los ojos con fuerza (y dejando escapar algunas lágrimas, pero eso queda entre nosotros).

— ¡Sanemi! ¡Lo siento! No quería que te sintieras mal, yo... sólo quería proteger a Tanjiro, pero te juro que no era mi intención hacer que pensaras que eres peligroso o que te odio, pero tú estabas muy enojado y... oh... tu mano — Giyuu miró preocupado mi mano, la cual yo levanté y observé rápidamente. Cierto, ya no tenía dos de mis dedos.

— Oh, sí, sobre eso... estoy bien, no te preocupes — comenté tranquilamente, aunque honestamente el dolor era insoportable. — Tú también te ves un poco hecho mierda — comenté con una pequeña sonrisa, pues no había pasado por alto el hecho de que estaba completamente magullado.

Los ojos de Giyuu se llenaron de lágrimas y me abrazó nuevamente, como si no se atreviera a soltarme. Había esperado tantas horas por éste momento, mi corazón palpitaba con fuerza tan sólo por la emoción de saber que Giyuu estaba bien.

Cicatrices || Kimetsu no Yaiba fanfic ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora