Cap 18 ●Descubriendo al Traidor●

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Lydia la doncella estaba en la cocina preparando la comida para el día de hoy, después de un día libre había vuelto al castillo por lo que después de un día con su familia volvió a su trabajo, aunque cuando estaba cortando las cebollas para la comida escucho la puerta y cuando se dio vuelta pudo ver a los guardias más cercanos a la Reina, se dio cuenta inmediatamente Lydia que estaba en problemas le lanzo a los guardias el cuchillo que estaba sosteniendo que esquivaron y salió corriendo por el castillo, corrió a través de los sinuosos pasillos, con el corazón latiendo a mil mientras el miedo y la desesperación se apoderaban de la sirvienta. Los guardias de la Reina fueron implacables en su persecución, sus pasos resonaban siniestramente detrás de ella. Las antorchas parpadeantes proyectaban sombras espeluznantes en las paredes, y la piedra fría bajo los pies se sentía como un cruel recordatorio de las elecciones que había hecho Lydia. Su respiración se convirtió en jadeos irregulares, y su mente se arrepintió cuando se dio cuenta de que no podía dejar atrás las consecuencias de sus acciones.

Al doblar otra esquina, se encontró cara a cara con un callejón sin salida. El pánico se apoderó de Lydia se dio la vuelta, solo para encontrarse con los rostros severos de los guardias de la Reina, acercándose a ella como sombras de retribución.

No hay adónde huir...-dijo uno de los guardias, con su voz firme e inquebrantable. Las lágrimas brotaron de los ojos de Lydia cuando se dio cuenta de que su traición la había llevado a este final inevitable. Cayó de rodillas, con la cabeza inclinada en señal de derrota.

Por favor, no era mi intención que nada de esto sucediera...-suplicó, con la voz temblando por el remordimiento. Los guardias intercambiaron una breve mirada, pero su deber estaba claro. No tuvieron más remedio que llevar a Lydia con la reina Ravenna. La mujer fue escoltada de regreso al gran salón, el corazón de Lydia latía aún más fuerte cuando se encontró cara a cara con la Reina a la que había traicionado. La reina Ravenna se mantuvo erguida y serena, su aura real inspiraba respeto y asombro.

Lydia luchó por encontrar las palabras para explicarse, para enmendar los errores que había cometido. Pero sabía que sus acciones hablaban más fuerte que cualquier disculpa. Los ojos de la reina Ravenna se clavaron en el alma de Lydia y, por un momento, no hubo más sonido que el eco de un pesado silencio. Entonces, la Reina habló, su voz firme e inquebrantable.

"Tus acciones tienen consecuencias, Lydia", dijo, con la voz teñida de decepción. "Te han visto merodeando por los pasillos, hablando con un hombre, si no quieres terminar de decepcionarme habla, dime todo lo que sabes"

Los labios de Lydia temblaron mientras luchaba por encontrar las palabras para expresar su remordimiento. "Lo sé, mi reina...yo, yo...", susurró mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

Habla...o seré yo quien te haga hablar...-Dijo Ravenna mientras sacaba un cuchillo de uno de sus bolsillos, Lydia sabia perfectamente que si no hablaba ahora después lo lamentaría.

Mi Reina...la persona con la que he hablado se llama Xavier, el me contrato, me prometió que podría darme dinero extra y así poderme ir con mi familia y tener nuestra propia granja yo caí ante esa propuesta...-Dijo la mujer mientras se ponía a llorar mientras veía como la Reina Ravenna se acercaba lentamente a donde ella estaba.

¿Quién más está involucrado? ...quien envió la carta? ...-Dijo Ravenna colocando el cuchillo en su garganta.

Mi Señora...no se quien mas puede estar involucrado, yo solo hablaba con él, nos juntábamos en el castillo a medianoche o en la plaza de la ciudad a medianoche, pero no sé nada más que su nombre y la carta no sabía lo que contenía solo me pidieron que se le llevara no sé nada más...lo juro no sé nada más...-Dijo la mujer, Ravenna sabía que la mujer estaba diciendo la verdad y ya tenía la información que necesitaba. La reina Ravenna ordenó que Lydia fuera llevada a las mazmorras, su destino se había sellado por sus propias decisiones, la reina no podría confiar en alguien que ya la había traicionado una vez, eso era imposible. Los guardias escoltaron a Lydia, con el corazón lleno de arrepentimiento y culpa.

"Un retrato de amor", °Ravenna x lectora°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora