✩Capítulo 11✩

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Me desperté en el pecho de Misho mientras un brazo bastante pesado me rodeaba los hombros. Al instante me acordé de la cita de ayer y una sonrisa me apareció en la cara.

Con toda mi fuerza intenté quitarme el brazo de Misho de encima, sin éxito, ya que pesaba demasiado como para poder levantarlo. Lo intenté otra vez pero tampoco pude, así que se me ocurrió una idea mejor.

Empecé a darle besos por toda la cara hasta que ví que empezaba a abrir los ojos. En ese momento apartó la mano de mis hombros para llevarla a mi cara y besarme.

- Buenos días principeso. ¿quieres café?

- Bueno días mi princesa, ojalá me levantaras todos los días así. Creo que sería más feliz si eso pasara- dijo con la voz muy grave. Yo me reí ante su comentario.

- Que tonto eres- dije dándole en el brazo con la almohada mientras me reía.

- Acabas de empezar la guerra de almohadas más épica de la historia- dijo él con una almohada en su mano.

Hicimos guerra de almohadas hasta que él me cogió por la espalda.

- ¡MISH, BÁJAME POR FAVOR!- dije gritando

- Mmm, no quiero- dijo con tono burlesco

- Te vas a enterar- dije mientras le daba con mi almohada en la cabeza y volvíamos a hacer guerra de almohadas.

Después de estar media hora riéndonos y pareciendo dos niños pequeños fui a hacer café para los dos.

Algo que me encantaba de estar con Misho es que siempre te lo pasabas bien con él y nunca te aburrías, pues él siempre tenía algo en mente para hacerte reír.

- Misho, ¿quieres algo más para desayunar o un café está bien?- dije desde la cocina

- Pues claro que sí mi amor, ¿es que quieres matarme te hambre?- dijo mientras se reía

- Mierda, me has pillado, ahora voy a tener que pensar en otra manera de matarte- dije yo riéndome mientras me acercaba a él para besarlo.

- Con que quieres matarme. Pues ya puestos mátame a besos mi amor- dijo él

Dicho y hecho: empecé a darle besos por la cara hasta que llegué a sus labios. Los besé con pasión mientras el rubio me cogía de la cintura.

En un punto, el beso se volvió tan fogoso que Misho me cogió de la cintura, levantándome del suelo y me llevó a la encimera de la cocina, donde me sentó y volvimos a besarnos.

- Me vas a matar de lo bien que besas, mi amor- dijo Misho con la voz entrecortada.

- Me vas a matar tú por dejarme sin aire- dije riéndome.

Después de la intensa sesión de besos seguimos cocinando el desayuno. Al final hicimos huevos revueltos, tostada y café.

- Oye Kiki, esto está buenísimo, cocinas genial- dijo Misho con la boca llena

- ¡MISHO! No hables con la boca llena, lo vas a poner todo perdido de tortilla- dije riéndome. Al final acabamos riéndonos los dos por las tonterías que hacíamos.

Después del desayuno, Misho trajo su maleta y una caja llena de ropa.

- Bueno, de aquí tengo que elegir lo que me voy a llevar a Serbia. He pensado que esta es la ropa más combinable de mi armario- dijo con la caja en la mano.

- Pero Misho, aquí hay un huevo de ropa- dije ayudándolo a coger la caja para dejarla sobre mi cama.

- Solo son algunas cosas, lo demás lo tengo en casa- dijo con tono burlesco

𝑹𝒂𝒊𝒏// 𝑴𝒊𝒔𝒉𝒐 𝑨𝒎𝒐𝒍𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora