Una historia donde Bianka huye a Madrid buscando libertad y encuentra algo más, mejor dicho, a una persona con la altura de un titán y una personalidad radiante
Me desperté a las siete de la mañana, me duché y recordé que Misho me solicitó en instagram ayer. Obviamente yo le seguía porque es un icono de la moda y siempre he admirado a ese hombre en cuanto a los looks que hace. Le acepté la solicitud con una sonrisa tonta.
A las 11 había quedado con gente de fuera de Madrid que se acababa de mudar y que quería hacer amigos, y como yo también necesitaba amigos por aquí símplemente contacté con ellos.
Como tenía tiempo salí a correr un rato y al volver vi a Misho. Nos subimos al ascensor los dos hablando un poco y al llegar a la puerta de nuestras casas me dijo:
- Oye Bianka, hoy he quedado con un amigo para cenar y he pensado que a lo mejor querías hacer algún amigo, así que creo que te gustaría venir
- Awww Mish, muchas gracias, pero no quiero molestar- dije mirando al suelo- Además, seguro que le voy a caer mal a tu amigo.
- ¡QUE VA! Si Nil es súper majo, y seguro que le caes bien, es un chaval muy majo.
-¿¡NIL NIL!? Osea, ¿Nil ojeda?
- Sí, Nil Ojeda, ¿Eso te anima?
- Bueeeno, ¿a que hora quedamos?
- ¿Te parece bien que pase por aquí a las 8?
- Vale, me iré preparando.
Me despedí de Misho y entré para prepararme para la quedada. Había que estar en Callao a las 11, así que me vestí con un chándal beigshe y me recogí el pelo en un moño
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Salí de mi casa y cogí el coche para ir hacia allí.
Una vez allí ví a un grupo de dos chicos y una chica. Me acerqué y se presentaron todos.
- Hola, yo soy Valerio- dijo un chico pelinegro de pelo rizado con una estatura alta, pero no tan alto como Misho, claro. Ni estando con otra gente podía dejar de pensar en él.
-Hola, yo soy Diego- dijo un chico pelirrojo y algo bajito
- Y yo soy carola, ¿tú eres Bianka?- dijo con los ojos muy abiertos
- Hola, ¡SIII, SOY BIANKA!, pero me podéis llamar Kiki
- Que bonito apodo amiga, ¿de dónde viene ese mote?- dijo interesándose. Realmente pensé que íbamos a ser muy buenas amigas
- Verás, me lo pusieron ayer, y como me gustó, me lo he quedado
- Que bonito Kiki- dijo dándome un abrazo.
Después de toda la charla de motes y más cosas decidimos ir a comer a un restaurante. Comimos pizza y raviolis en un italiano muy bueno y después fuimos de tiendas.
- ¡OYE CHICAS! ¿Cómo me queda esta camiseta?- dijo Valerio emocionado
