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//                              Capítulo 5                              //

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Pasaron un par de días de calma en la casa. No hicieron nada fuera de lo común, incluso ya se estaban acostumbrando a la presencia de los demás. Los mayores agradecían la paz que había en la casa, incluso Chuuya lo veía como un milagro. Por otra banda, los 4 menores ya tramaban una de las suyas.

Mandaron a Kyouka a vigilar que nadie se enterase de su magnífico plan, mientras los otros tres avanzaban "disimuladamente" hacia el chico de vendajes, el cual se encontraba en el salón.

—¿Y ahora qué?

Dazai suspiró mientras veía como los menores se sorprendían al ser vistos y suspiraban. Terminaron de acercarse a él, los dos más pequeños "amenazadoramente" y Kenji con una tierna sonrisa.

—Te queremos pedir un favor — habló la rubia.

—Preguntadle a Chuuya.

—No podemos, nos dirá que no. Por eso venimos a ti.

Osamu suspiró de vuelta. Sabía que no tenía opción, así que se limitó a escucharles.

—Bien — prosiguió Yumeno —. Hace mucho que no hacemos nada.

—¿"Mucho", son dos días?

—Cállate y déjame hablar.

Dazai cerró su boca y permaneció en silencio. El chico de pelo bicolor siguió hablando:

—Por eso, queremos salir a comer.

—¡Sí! ¡Salir a comer! — Kenji hizo de coro por detrás —. ¡Al MC Donald's!

—Mmh... — Osamu pareció que lo pensaba durante un par de segundos, mientras los niños observaban con atención, esperando que su respuesta fuese afirmativa —. Está bien, vamos. El MC Donald's suena bien — concluyó con una sonrisa divertida en su rostro.

Yumeno y Elise se dieron las manos, contentos, y empezaron a dar saltitos de alegría. Kenji hizo lo mismo al lado de estos, y Dazai sonrió un poco, dejando ir un leve suspiro.

De un momento al otro, los niños corrieron fuera del salón y, entre Yumeno y Kenji, agarraron de la mano a Kyouka, quien estaba algo distraída, y se la llevaron hasta el piso de arriba, a la sala de juegos, la cual estaba vacía. 

Dazai fue a la cocina, en donde se hallaba Chuuya, entrando y cerrando la puerta tras de sí. El pelirrojo trató de ignorarlo, pero Dazai lo abrazó por la espalda, mientras este trataba de agarrar un vaso del estante.

—¿¡Qué mierda crees que estás haciendo!?

Exaltado, Nakahara lo apartó de un codazo. Dazai llevó su mano donde el golpe, soltando en quejido del daño, y cayendo de culo al suelo. Chuuya tenía su rostro algo rojo, mezcla de la rabia y nervios. Dazai soltó una leve carcajada ante el enojo del contrario.

El oji-azul gruñó de vuelta y se puso de puntillas para agarrar su vaso e irse lo antes posible de ahí. Osamu ya estaba en pie, así que le impidió irse, posicionándose en la puerta para que no pudiera salir. Chuuya hizo una mueca y suspiró, tratando de tener paciencia con el contrario.

—¿Qué es lo que quieres? Deja de joder y aparta — se decidió a apartar al mayor, pero este no se dejó.

—Los niños y yo queremos ir al MC Donald's.

—¿Solo para eso vienes a molestarme? Por Dios, vayan y ya — hubo un momento de silencio —. No, no, no, no... ni loco voy con ustedes.

—Oh, vamos, Chuuya. ¡Hay que ir en familia!

Vacaciones - Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora