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//                              Capítulo 20                              //

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El tiempo pasó en el mundo paralelo, hasta que llevaban más de dos meses ahí metidos y el paso del tiempo se les comenzaba a hacer eterno a los 9 habitantes. Habían mejorado un poco su convivencia, pero ya empezaban a hartarse.

Los niños cada día estaban más revolucionados, las parejas querían tiempo a solas, era agobiante estar tanto tiempo en casa, pero el bosque los rodeaba y cualquier lugar estaba a horas de ahí. Y para colmo estaban completamente solos.

Así que era completamente normal que el lugar comenzase a ser sofocante y agobiante para todos. Debido a eso, los adultos los reunieron a todos en el salón.

—¿Para qué nos querían? — Preguntó Akutagawa, una vez llegaron.

Dazai fue el siguiente en hablar.

—¡Chuuya y yo tuvimos una grandiosa idea!

Hizo una pequeña pausa para dejar que el mayor prosiguiera.

—Sí, eso, lo que diga. En fin, les reunimos aquí para encontrar ya de una maldita vez la forma de salir de aquí.

—Exactamente. Pensamos en invocar a la voz que nos habló el primer día.

Todos los miraron algo extrañados. ¿Realmente eso funcionaría? A pesar de sus dudas, no tenían nada mejor por hacer, así que terminaron por aceptar.

Los 9 se sentaron en círculo en el suelo, dejando un espacio en el centro y tomaron sus manos entre ellos, aunque no muchos estaban demasiado contentos con eso. En el centro, Dazai colocó una vela.

—¿Y ahora? — Preguntó Aya después de un gran silencio entre ellos.

Volvió a haber un largo silencio.

—Deberíamos esperar. — Contestó Dazai.

—Tal vez podamos hacer una ofrenda. — Sugirió Atsushi.

—Hagamos un sacrificio. — Dijo Kyouka.

Chuuya miró algo raro a la azabache.

—No, nada de eso. Tal vez si quemamos algo que nos importe, aparezca.

Costó un poco convencer a todos para que accediesen, pero lo terminaron haciendo a regañadientes.

Cada quien se fue a por sus cosas importantes, para después quemarlas.

Atsushi no sabía del todo qué elegir, pues realmente no tenía demasiadas cosas. Terminó agarrando algo básico, un tazón de chazuke que se había preparado para comer.

Akutagawa tampoco tenía claro qué elegir, así que al final se decantó por tomar un par de hilos de su chaqueta que le dio Dazai. Tampoco quería destruirla mucho, así que no se pasó tampoco.

Dazai tomó uno de sus paquetes de vendas, le iba a doler hacer eso, pero era de las pocas cosas que tenía aprecio. Además, tenía más guardadas.

Chuuya fue a por una de sus botellas de vino que robó ahí, como fue robada no le dio tanta pena, pero aún así le dolió.

Kyouka decidió tomar el peine que solía usar su madre para peinarla. En algún momento debía deshacerse de ello para que no doliese tanto, además de que siempre tendría más recuerdos de ella.

Kenji dudó lo suyo, rebuscando entre sus cosas, pero al final decidió tomar una flor que arrancó el otro día, la cual para él era valiosa.

Yumeno tomó su muñeca e hizo lo mismo que Akutagawa con su chaqueta, le quitó unos cuantos hilos y listo.

Vacaciones - Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora