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// Capítulo 8 //

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El albino bajó al comedor, donde se encontró a Akutagawa mirando la televisión. Suspiró y se sentó a su lado. Justo cuando su trasero tocó la tela del sofá, el azabache se alejó repentinamente hacia la otra esquina. Atsushi lo miró.

-Oye...

-No.

-Por casualidad tú no...

-No.

-Pero si no sabes ni lo q-...

-No.

-¿Me vas a dejar ter-...?

-No.

Atsushi suspiró con pesadez. Contó hasta tres, miró a Akutagawa a los ojos y trató de volverle a hablar.

-Déjame hablar. Por favor.

-¿Qué quieres decirme? - terminó accediendo algo fastidiado.

-Con esto no te estoy inculpando de nada, tampoco quiero que te enojes ni me grites... pero... ¿no será que tú, tal vez, hayas agarrado mi celular y te hayas metido en mi conversación con Dazai? Solo digo, puede que solo fuese un er-...

-¿Insinúas que yo agarré algo tuyo sin permiso? - Akutagawa se hizo el ofendido, mientras su corazón latía fuerte. "Mierda, pensó, Jinko se ha dado cuenta" -. No fue así. Yo no hice nada.

-Sí, está bien, perdón. Solo era que tenía la duda porque... - Atsushi se veía nervioso mientras hablaba.

-Cállate. Ya te he entendido.

-Sí, vale, entiendo, perdón - susurró este.

El silencio inundó la sala de nuevo. Un silencio largo, incómodo, pesado e interminable. Akutagawa no tenía problema en ello, pero Atsushi se veía muy incómodo, mientras trataba de buscar algún tema de conversación.

-Uhm... - mencionó para llamar la atención del azabache. Este se volteó levemente para mirarlo -. ¿Tienes... hambre?

-No.

-Uh... ¿cuando quieres que haga la comida, pues?

-Hazla cuando tú tengas hambre.

-¿Comerás?

Akutagawa tan sólo se encogió de hombros y restó en silencio. Atsushi suspiró.

-Me iré a cocinar ya, pues.

-Ajá.

Atsushi abandonó la sala y se dirigió a la cocina, mientras sacaba lo necesario para ponerse a cocinar. No era un chef experto, pero algo sabía, así que lo hizo lo mejor que pudo.

En menos de una hora, la comida ya estaba servida. Llamó al azabache y empezaron a comer, también en silencio.

-Y... ¿qué te parece?

-Podría estar mejor.

-Pero, ¿te gusta?

-Es comestible.

Atsushi suspiró y siguió comiendo. Había tardado tanto ya que casi incendia la cocina en el primer intento de prepararlo, pero al final terminó saliendo más o menos aceptable. Akutagawa se forzó a terminar la comida y luego se retiró en silencio.

El albino trajo los platos a lavar y después lo siguió. Este se percató y volteó a verlo.

-¿Qué?

-Dazai-san me dijo que tardarían en venir. Hagamos algo juntos, de mientras.

-No.

Dicho eso, Akutagawa se dispuso a irse de ahí. Atsushi se apresuró para seguir su paso por detrás.

Vacaciones - Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora