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// Capítulo 10 //

Osamu y Nakahara entraron por la puerta de la casa. Abrieron los ojos como platos al ver tal desastre, pero no encontraron por ninguna parte a los culpables.

-Niños de mi-

-Chuuya, cuida tu lenguaje.

-Tú eres peor.

Dazai cargó al pelirrojo, el cual no estaba muy dispuesto para subir las escaleras debido al alcohol, y con él a cuestas llegaron hasta la habitación que compartían.

Lo dejó tumbado en su lado de la cama mientras se cambiaba de ropa. Chuuya no le quitó ojo de encima durante ese tiempo.

-¿Qué tanto me miras?

La cara de Chuuya tan solo se puso roja y se volteó, gruñendo. Osamu suspiró y, una vez cambiado, se tumbó al lado de Nakahara. Este seguía mirando hacia el lado opuesto.

-Venga, a dormir.

Dazai apagó la luz luego de decir eso. Quedó con sus ojos abiertos un rato, mientras pensaba.

-¿Qué habrías pensado si la broma de antes hubiese ido en serio? - el castaño giró un poco su cabeza para ver al pelirrojo, el cual fingía no escucharlo. Finalmente, terminó cediendo.

-No me tomarás el pelo de vuelta.

-Solo hice una pregunta, ¿por qué no contestas?

-No quiero.

Osamu suspiró y sonrió burlonamente.

-¿Te gusto?

Se hicieron unos segundos de silencio. Rápidamente, Chuuya gruñó y golpeó con el puño al contrario en la cara. Este se quejó del dolor.

-Vale, vale. Lo he entendido.

El pelirrojo volvió a gruñir y cerró sus ojos para quedarse dormido. Dazai seguía mirando al techo, pensativo.

De un momento a otro, Nakahara se giró hacia el castaño, abriendo sus ojos.

-¿Vas a dormir o qué?

-¿Me vas a obligar?

-Deja de molestar y duérmete un rato.

Dazai sonrió juguetonamente y se giró para quedar de frente a Chuuya. Este tan solo se quedó viéndolo.

-Me voy a dormir si me das un beso de buenas noches.

El rostro de Nakahara instantáneamente adaptó el color de su pelo al darse cuenta de lo que pedía el castaño.

-¿¡Y por qué demonios yo haría eso!?

-Oh, vamos, chibi, es solo un beso.

Chuuya volvió a gruñir, suspiró, contó hasta tres y se acercó al de vendas para rozar sus labios en un beso. Dazai sonrió, haciendo presión contra los labios del contrario y agarrando su cabello para no dejarle ir. El pelirrojo había cerrado sus ojos, mientras pasaba sus brazos por el cuello de Osamu, envolviéndolo.

Nakahara estaba aún más sonrojado, no tardó muchos segundos en alejarse del beso.

-Ya tienes tu estúpido beso, ahora déjame dormir.

-Me servía también un beso en la mejilla, pero eso ha sido mucho mejor.

-¡Idiota!

Osamu rió burlonamente y abrazó de lado a Chuuya. Este se dejó abrazar y se quedaron dormidos al cabo de pocos segundos.

En algunas habitaciones al lado de esa, yacían dos adolescentes, cada quién en una punta distinta de la habitación, tumbados en sus camas. Ya habían apagado la luz, pero les era imposible a ambos conciliar el sueño. Así que mantenían sus ojos abiertos, mientras miraban al techo en un largo silencio.

Tan solo se oían sus respiraciones y el ruido del colchón cuando se movían.

-Jinko, haz menos ruido - ordenó el mafioso.

-Solo estoy respirando.

-Pues deja de hacerlo.

-Me desmayaré.

-¿Y a mí qué?

-¿Puedo preguntarte algo? - el albino desvío el tema, pues si seguían así iban a generar otra discusión.

El azabache tan solo permaneció en silencio, así que Atsushi tomó eso como una señal de que siguiera hablando.

-Antes... ¿por qué me has sacado de ahí? Digo, no sueles ser así.

-Te veías muy estresado.

-Eso fue amable de tu parte.

-Calla. No lo soy.

-Lo niegas, pero sabes que en el fondo lo eres.

-No.

El agente suspiró y no dijo nada más. Sabía que, hablasen de lo que hablasen, terminarían discutiendo. Así que prefirió permanecer en silencio, mientras el contrario hacia lo mismo.

A pesar de que no tenía ningún tema de conversación, el albino era incapaz de dormir y sentía que ese era el momento exacto para sincerarse con Akutagawa. Lo mismo pensaba el anterior, pero ninguno de los dos se atrevía a decir nada. Solo había silencio entre ellos. Un largo silencio, bastante incómodo.

-Te gustaría... ¿hablar de algo? -luego de pensarlo repetidas veces y dudar en incontables momentos, el albino se decidió por hablarle a su compañero, quien daba vueltas en la cama.

-Hablemos del golpe que te daré si no cierras el pico.

-¿Por qué eres así conmigo? Solo trato de hablar contigo.

-Entiende que tal vez yo no quiera.

Esas palabras hicieron que el pobre corazón de Atsushi se partiese en mil trozos. Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas y fue incapaz de decir nada. Luego de eso, había perdido todos los ánimos para hablar.

Akutagawa sintió el tenso silencio y se dio cuenta de que había cometido un error. No sabía como arreglarlo, nunca fue bueno para eso, así que se limitó a levantarse de su cama y caminar en dirección de la de Atsushi.

No sabía lo que hacía, ni tan solo lo había pensado mucho. El albino parecía algo confundido al ver al mafioso levantarse y caminar hacia a él. Se volteó para quedar mirándolo, mientras secaba sus lágrimas.

-¿Qué quieres? -le preguntó, mientras este se arrodillaba al lado de la cama.

-Calla.

Alargó su mano y comenzó a acariciar el pelo de Atsushi con suavidad. Este no pudo evitar sonrojarse levemente y desviar la mirada. Ninguno de los dos dijo nada, tan solo permanecieron así unos instantes más, hasta que el agente empezó a ronronear.

Al darse cuenta de ello, Ryunosuke empezó a reír bajo y el albino se puso aún más rojo, apartando la mano del contrario.

-Para... es vergonzoso.

-¿Puedes ronronear?

-Por lo visto, sí.

Otro largo silencio se hizo entre ambos. Sus miradas se cruzaron durante varios segundos. Atsushi sonrió levemente y se retiró hacia una punta de la cama, dando palmaditas en la otra, que quedaba enfrente de Akutagawa.

-Puedes dormir conmigo.

El azabache no dijo nada, tan solo soltó un gruñido bajo, pero terminó por tumbarse al lado del agente. Este, al sentir como se tumbaba a su lado, se acercó para abrazarlo y apoyar su cabeza en su pecho.

Atsushi podía oír como el corazón del contrario estaba muy acelerado, al igual que el suyo. El albino transmitía calor al mafioso, mientras este también lo envolvía entre sus brazos. No dijeron nada más, tan solo cerraron sus ojos y empezaron a quedarse dormidos.



Un capítulo algo cortito, pero no se me ocurría nada más.

Ya pensaré en algo para más adelante.



-Kai

Vacaciones - Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora