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//                              Capítulo 17                             //

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Habían pasado toda la tarde en el lago y en el pequeño plano sin árboles que encontraron, así que los adolescentes y los niños ya estaban realmente cansados.

El sol ya comenzaba a caer, así que decidieron empezar a ir tirando hacia casa antes de que oscureciese del todo.

—¿Y Dazai y Chuuya? — Preguntó el cumpleañero una vez terminaron de recoger y ya caminaban hacia casa.

—Ellos... — Atsushi buscaba una excusa para decirle al rubio. — Quieren estar un rato solos. Vendrán después, ahora vamos hacia casa.

—¿Se han peleado?

Akutagawa trataba de no reír, mientras que el agente lo miraba con unos ojos de "ayúdame", este tan solo hacía como que no lo notaba.

—Uh... sí, y por eso hay que dejarlos solos ahora, para que se reconcilien.

Kenji no preguntó nada más y asintió con la cabeza con una sonrisa mientras que el albino suspiraba aliviado.

El trayecto hacia casa se hizo algo cansado, pero lograron llegar ahí en no demasiado tiempo. Una vez entraron a casa, cenaron algo de sobras que quedaron y entonces cada quien se fue hacia sus respectivas habitaciones.

—¿Qué tal pasaste tu cumple? — Una vez en la habitación, Kyouka se acercó a él para preguntarle.

—¡Muy bien! ¡Ha sido muy divertido pasar tiempo con todos vosotros! Gracias por haberme dado un día tan maravilloso.

Kyouka le sonrió y en poco tiempo más los 5 niños empezaron a quedarse dormidos.

Por su parte, en la habitación de los adolescentes, estos se preparaban para irse a acostar. Atsushi aprovechó que estaban a solas para sacar tema de conversación:

—Uh... Ryunosuke.

—Dime.

—Dazai y Chuuya tardan mucho en venir. ¿Deberíamos ir a...?

—¿Eres estúpido o te haces? Vendrán más tarde.

—Vale, sí, tiene sentido.

Hubo un pequeño silencio entre ellos, el cual se rompió cuando el azabache apagó la luz.

—Hay que ir a dormir.

—Buenas noches.

Después de eso, cerraron sus ojos y cayeron dormidos.

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—Ugh... Dazai...

—¿Te duele?

—S- ¡Espera! ¡No aprietes tanto!

—Ya casi está.

—Ugh... Es muy profundo, me haces daño...

—Queda poco para que esté entera, tranquilo.

Finalmente, el castaño logró sacar la astilla que se le había clavado en el dedo pulgar a Chuuya.

—Sigo sin entender cómo terminaste con eso clavado en el dedo.

—Habré tocado algo cuando nos tiraron al suelo.

El de vendas se encogió de hombros mientras que se levantaba del suelo y le tendía la mano al contrario para levantarse. Este la iba a aceptar, pero tan buen punto sus dedos se medio rozaron, el castaño le apartó la mano, haciendo que Chuuya cayese de nuevo al suelo, y el mayor de ambos salió corriendo.

Vacaciones - Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora