1: Chico nuevo

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El inicio de mi desastre..."

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Sasuke

Mi vida es muy aburrida, monótona, insípida, regular y hasta podría decir que hasta indiferente, es la misma rutina de siempre, nada a cambiado en estos últimos días pero prefiero que las cosas se queden así por el momento. Trato de no salir para no arriesgarme a obtener una discusión en la que voy a salir perdiendo como siempre,, es cansado evitar a mi familia pero lo es aún más enfrentarme a ellos.

Además no es como si tuviera muchos lugares a lo que ir ¿No?.

Creo que el mundo que me cree en Minecraft no cuenta.

No tengo muchos amigos solo los de Internet y viven fuera del país asi que salir a charlar con ellos no es una opción favorable, ¿Que te cuento? No soy tan interesante como muchos piensan, las clases son aburridas y como todo buen alumno de secundaria odio matemáticas, no se quien diablos le puede gustar esa asignatura, esa cosa no me servirá para mí carrera de artes visuales. Tomo mí mochila y bajo a desayunar con mí familia o lo que sea que intentemos aparentar ser.

Extraño aquella época en la que era un Playboy que andaba con varias chicas a la vez y salía de fiesta cada noche sin rendir explicaciones, aunque suene cruel hubiera preferido que mi padre y mi madre se hubieran quedado en estados unidos, al menos allá no me jodían la vida como ahora.

—Buenos días mamá

La saludo con cariño pero hago una mueca al ver que no obtengo respuesta, no es nuevo pero realmente quisiera que algún día se dignará a verme como mira a Itachi.

Me quedo en silencio al ver que estoy siendo ignorado y luego con lentitud me siento en la mesa donde el desayuno ya está preparado, el olor a café me da náuseas pero prefiero no opinar al respecto, al parecer soy el bicho raro de mi familia por odiar la cafeína, esa mierda sabe fatal y todos aquí al parecer son adictos a esta especie de droga. Mí hermano se sienta a mí lado y me saluda con un asentimiento de cabeza, al menos el es el único que se acuerda de mí existencia o de verdad empezaría a creer que soy un fantasma. Guarda su celular para desayunar con tranquilidad y me sirve jugo de naranja, es consiente de mi odio por el café por eso cada mañana antes de irse me prepara un jugo de mi agrado, en silencio le agradezco y el me sonríe con suavidad.

—¿Que tal la universidad? —le pregunto a Itachi para tratar de tener una conversación, tenemos dias sin dirigirnos la palabra pero es porque el está muy ocupado con la universidad, lo he visto muy estresado últimamente y quisiera ayudarlo pero no tengo ni idea se contabilidad.

—Me dieron unos días libres. De verdad que los necesitaba

Me dice con tranquilidad y suelta un suspiro con la mirada perdida, soy consciente de lo mucho que se quema las neuronas estudiando para llegar a los estándares de nuestro padre y esa es la dura realidad nos carcome lentamente, cada quien se esfuerza al máximo para cumplir con la sus expectativas o no seremos dignos de llamarnos sus hijos.

Es una lucha diaria que nos debilita mentalmente por la presión, esa es la verdad, no importa cuánto lo intentemos, de alguna manera vivimos para servirle porque eso nos enseñó desde niño y mucho más a Itachi que estudió toda su vida en Estados Unidos separado de mi por la sed de poder de nuestro padre y por su ambición de que Itachi sea la copia perfecta de el dejando a un lado sus sentimientos y sus sueños.

Pero también se que lo hace por mi, si el no estuviera haciendo esto sería yo la marioneta de papá, el sacrificó sus sentimientos, su carrera y sus sueños porque yo pudiera cumplir los míos, y lo que más me hace sentir culpable es que Itachi jamás me reclamará por haberle quitado su vida entera y su juventud, el dio todo por mi y yo no puedo hacer nada por el.

A_O_E_I_ (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora