Sakura
¿No has sentido que ya nada te importa? ¿Que de tantos golpes ya no te duelen las heridas?
Porque yo sí, no lloró porque me duelan las heridas, sino por la rabia y la impotencia que siento por no poder salir de este círculo vicioso, por no tener voluntad propia para parar todo esto. Soy consciente del daño que me hago y a un así no hago nada para detenerlo, cuando me lastimo siento una gran liberación, como si toda esa frustración que llevo encima se disminuyera por un momento, es como una distracción para poder sobrellevar todo el dolor que siento.
Al auto-lesionarme destruyó mí vida, poco a poco, con una lentitud agonizante.
Intentó poder sobrellevar esto pero yo sola no puedo, quiero gritar, llorar, golpear y liberar todo esto. Y es hasta hora que me doy cuenta de que no puedo sola, de que toda mi vida me he hecho creer que yo puedo con todo esto, que no necesito a nadie que me ayude, pero la verdad ya no puedo más.
No me cansé de la vida, me cansé de seguir luchando por vivirla, no quiero morir porque me aburrí, quiero morir para acabar con el dolor. La gente piensa que las personas que queremos acabar con nuestra vida es porque hemos pasado por mucho y somos muy cobardes para seguir adelante, pero la realidad es que no somos unos cobardes, solo somos personas que de tanto haber vivido se han cansado del dolor, hay otras que ya se acostumbraron a el y las demás simplemente no pueden continuar.
Nunca he dejado que nadie se acerque a mí, pero heme aqui, con un chico que conozco hace apenas unos días y está aquí abrazándome y diciendo que todo estará bien cuando el mismo sabe que no es cierto.
—Tranquila, desahógate todo lo que quieras, yo voy a estar aquí
—No me dejes, por favor —mi voz es casi inaudible pero igual me escucho
—No te dejaré
No se cuanto tiempo paso en esta misma posición pero no me quiero levantar, Sasuke no parece incómodo todo lo contrario, me acaricia la espalda de arriba abajo y eso me relaja, con su mano libre sigue con sus caricias pero esta vez en mí cabello, siento como deja pequeños besos mí cabeza y me abraza más contra el como si supiera que lo necesitará.
—Creo que debería irme a casa —murmullo y el gruñe como sí fuera un niño pequeño al cual le quieren quitar un dulce
—¿De verdad tienes que hacerlo? — yo asiento y el suspira en rendición —te llevaré a casa
—Vivo cerca —miento descaradamente
—¿Porque te has puesto roja?
Oh mierda
—Yo no estoy roja
—Si lo estás —su pecho vibra por la suave risa
—No
—Si
—No
—Si
—No
—Te ves linda cuando te sonrojas
Creo que soy estúpida porque no puedo pensar en nada ahora
—¿Que?
Si, definitivamente eres estúpida
¿Eres mí conciencia o mí enemiga?
—Que te vez linda cuando te sonrojas
—Creo que debería ir a casa
—Lo siento —murmura
—¿Porque?