10. RUIDO

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GISELLE

Amanecer con la luz encendida no era una opción, pero en ese momento me daba igual el motivo por el cual debía dormir de esa manera, estaba lista.

Hice un desayuno perfecto con lo poco que había comprado antes de mudarme, dos tostadas y un huevo frito junto a varias frutas era lo que necesitaba para ir a mi segundo día de universidad.

Hubiese preferido tener música mientras hacía todo, sin embargo, no podía tener ruido para poder estar pendiente de mi vecino.

Me puse el uniforme con rapidez y busqué los zapatos adecuados para la ocasión, unos tacones negros de Louis Vuitton no me quedarían mal, así que los elegí sintiéndome más alta y elegante.

Arregle mi flequillo hasta que me viese perfecta.

En ese momento miré la hora y me di cuenta que apenas tenía diez minutos, debía cepillarme los dientes y asegurarme de llevar todos los cuadernos en mi mochila.

Al terminar de hacer todo, me dirigí a la puerta mientras me colocaba la mochila a un costado, me golpeé con una de las cajas vacías que tenía a un lado de la puerta ante la apresuración, reprimí los labios y moví la caja a un costado al mismo tiempo que tomaba la perilla de la puerta.

Mire la hora nuevamente en mi muñeca, faltaba un minuto para dar las siete.

Espere impaciente mientras me mordía la mejilla interiormente.

Si no fuera porque tenía todo calculado, no estuviese esperando como loca en la puerta.

Hasta que en ese momento escuché una puerta abrirse y con ella la mía, me apresuré a salir con cuidado de no caer cuando mis tacones tocaron el piso cementado, mi mirada se levantó para darme cuenta que Ashton Hunt me miraba en ese momento con expresión neutra al salir de su departamento.

En mis labios se formó una sonrisa demasiado emocionada.

-¡Buenos días vecino! -exclame mientras lo miraba alegre.

Él no revelo ninguna sonrisa, simplemente respondió a secas.

-Buenos días.

-¿Listo para ir a estudiar? -pregunte acercándome un poco más a su lado.

-Supongo. -dijo mientras colocaba su mochila sobre su hombro y se dio la vuelta decidido a irse.

En seguida empecé a seguirlo hasta colocarme a su lado como pude, porque aquí el niño ocupaba casi todo el espacio del pasillo.

-¿Qué tal tu primer día de ayer? -pregunte, dándome cuenta de lo estúpida que había sonado y antes de que él me voltease a ver con las cejas alzadas, aclare-. Mejor dicho, tu segundo año de universidad ya que has experimentado todo lo que se vive en una universidad.

Él respiro hondo y asintió sin comprender del todo a que se refería.

-Supongo que lo tomaste demasiado bien cuando eres jugador de futbol americano y me imagino que no se consigue fácilmente un lugar como ese, más en esta universidad que es de puros niños ricos -seguí diciendo mientras bajábamos los escalones-. Me imagino que yo lo tomare mejor considerando que soy demasiado popular, en la preparatoria solía ser la mejor en todos los puntos, agregando que también era buena para el ajedrez y no trato de ser egocéntrica, es solo que quiero que este año de universidad me vaya muy bien, ¿tú crees que lo sea?

Él no respondió mientras seguía bajando los escalones, pude notar en su rostro serio que no estaba nada agradado por mi compañía y mucho menos que hablase.

-Creo que sí, en fin, solo espero que me vaya bien al igual que a ti en este año y perdona que te hable informalmente, solo creo que como en realidad ambos tenemos la misma edad no creo que sea necesario llegar a los modales extremos, tú me entiendes, nunca se logra llegar a tener una amistad si se hablan demasiado formal y hablando de eso, recuerdo que un día...

Perfecta CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora