26. INJURIA

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SUSAN

¿Cómo era posible que ella fuese buena en todo?

Siempre supe que era bastante inteligente y que lograba hacer todo lo que le apetecía, pero jamás imaginé que fuese demasiado.

Debería superar lo que paso en las últimas prácticas y debía de dejar de pensar en Giselle como si supiese lo que le hice; sin embargo, sabía que la consciencia no me dejaba tranquila cuando ella se encontraba cerca.

Era tan amable conmigo que no podía creerme de lo que fui capaz, su lado extrovertido siempre me hacia pensar que era demasiado fuerte para no dejar de serlo en esas situaciones que vivió.

Ser juzgada por la sociedad era difícil.

Y en ese momento me preguntaba si merecía ser feliz después de todo.

No lo sabía o tal vez sí, pero me daba miedo decirlo.

Giselle estaba a mi lado mientras escuchábamos con atención la clase del profesor Brown, me distraía al pensar en el pasado y eso provoco que me pusiese en duda cuando él nos preguntaba cualquier cosa de la clase.

Llegando solo responder Giselle en todas las veces que podía mientras el profesor parecía satisfecho al ella pronunciarse y comprender todo lo que él decía.

Me culpaba de no estar completamente activa y sabía que el profesor me llegaba a ver con duda durante la clase, sintiéndome bien que al menos él se diese cuenta de mi silencio, al ser una de sus alumnas que siempre llegaba a responder a todo.

Para mi alivio, la clase termino y espere que Giselle se marchase del asiento, lo hizo y como siempre se despidió de mí con emoción, siendo tan amena que me hacía sentir más miserable.

Esperé a que todos se fueran para poder levantarme y me dirigí al escritorio del profesor, quien ya me esperaba cuando se encontraba cruzado de brazos y recostado de espaldas sobre la mesa.

—¿Sucede algo Hamilton? —pregunto al instante antes de que llegase a su lado.

—Lo siento mucho... —dije sin pensarlo, al verlo con las cejas alzadas y me observaba de manera interrogativa—. Solo he estado distraída.

—¿Es por tu padre? —preguntó preocupado.

Si, él era el único que sabía algo de la relación de mi padre conmigo y es que ni siquiera con Ashton podría expresar eso al temer que solo sintiese lastima por mí.

Pero con el profesor era diferente, no se mostraba de esa forma cuando le expresaba algunos de mis problemas, solo me aconsejaba y se tomaba todo con madurez hasta el punto de darme valor para que lo dejase.

Sin embargo, eso no lo podía hacer.

—Son muchas cosas la verdad. —confese mientras pasaba mi mano sobre la trenza que adornaba mi cabello negro.

—Debes tratar que lo que te pase no te moleste emocionalmente cuando estes en las clases. —dijo con seriedad—. Recuérdalo siempre.

—Si... no volverá a pasar.

Reprimí los labios y miré al suelo con timidez.

—Sea cual sea el problema, no olvides lo que te he dicho —agrego poco después, alejándose del escritorio para acercarse a mi—. Eres una buena chica Susan, sé que a pesar de tenerlo todo no puedes llegar tener una buena relación con tu padre, pero haz el esfuerzo de verlo como una misión donde tu carácter se hace más fuerte.

Asentí lentamente, comprendiendo sus palabras y aunque las decía con seriedad y firmeza, siempre la tomaba de la mejor manera.

—Eres bastante inteligente y eso te ayudara a tomar buenas decisiones en el futuro. —puso su mano en mi hombro para apretarlo con cariño—. Solo asegúrate de ver las cosas con madurez.

Perfecta CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora