21. BUENOS GUSTOS

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GISELLE

Era fin de semana al fin.

Necesitaba un pequeño descanso de todo lo relacionado al estudio y aunque tenía algunas tareas que debía completar, me animaba más estando en mi departamento.

Sin embargo, al despertar el día sábado me di cuenta de la cantidad de cosas que debía hacer, empezando con que mi departamento era un desastre.

Y si, tenía ropa tirada por todos lados al solo alistarme en estos días sin llegar a ver a mi alrededor y en cuanto regresaba de la universidad, simplemente me iba a comer y luego dormir en caso que no hubiese tarea.

Pero esta vez me daba cuenta del desastre.

Respirando hondo me aliste para arreglar algo de ese lugar, empezando por recoger la basura en un intento de sentirme ama de casa.

Solo por esta vez me amarraría el cabello para que no resultase estorboso en mi misión de dejar limpio, al terminar de recoger la basura y colocarla en un pequeño recipiente, me percate que estaba demasiado llena y no tenía bolsas plásticas.

No compre.

-Eso me pasa por no hacer nada en la casa. -susurre molesta mientras dejaba aun lado el basurero y me dirigí decidida a ir a comprar un paquete.

Pero luego de pensarlo, se me ocurrió una idea mejor.

Sonreí de manera cómplice mientras me quitaba la coleta que me había hecho y arreglando mi cabello, me aseguré que también mi flequillo estuviese perfecto para la ocasión, pero luego me di cuenta que andaba en pijama.

Una combinación de pans morados con pequeños muñequitos y la camisa de mangas largas con botones del mismo color.

-Ay no importa. -exclame sin más con un encogimiento de hombros.

De todas maneras, estaba temprano y era normal que estuviese así.

Eran las nueve de la mañana.

Bueno no importa de todos modos.

Iría así para saludar a mi vecino.

Me dirigí a la puerta decidida a ir, siendo consciente que, si Chris me viese ahora mismo, se estaría burlando de mí.

¿Y así quieres que le gustes?

Sería lo que me diría, pero como le dije una vez, le tenía que gustar como era y que me soportara.

Al estar en frente de su puerta solo me dedique a tocar esperando que en unos segundos abriese, lo hizo llegando la sorpresa de encontrarme con Ashton completamente arreglado.

Usaba una camisa polo de un azul oscuro que le quedaba perfectamente bien junto unos pantalones marrones claro y usaba un reloj en su muñeca que lo había notado algunas ocasiones que lo llevaba, pero esta vez parecía que combinaba perfectamente con todo.

Su cabello oscuro se encontraba arreglado, dándome cuenta que la mayoría de las veces lo llevaba desordenada por participar demasiadas veces en los juegos.

Por un momento me quedé atontada mientras él alzaba sus cejas de forma confundida al verme en frente de su puerta, pero me di cuenta que no solo era por eso, era más bien por la forma en como estaba vestida.

Y a las nueve de la mañana.

Para mi estaba temprano.

-Hola Ashton -salude amistosamente como me era de costumbre, alzando mi mano-. Perdona la molestia, al parecer estas ocupado.

Él se mostró serio y desinteresado mientras me miraba.

-Un poco. -contesto cortante.

-¿Iras alguna parte? -pregunté, observando de nuevo su ropa que parecía casual y al mismo tiempo elegante.

Perfecta CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora