46. REVELACIÓN

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GISELLE

Ella estaba aquí.

No era un sueño, no uno completamente malo que hubiese querido tener en vez de esto, porque sabía que no vendría hasta aquí solo para verme.

Estaba sentada en el sofá con expresión seria mientras me esperaba, me miraba con determinación mientras yo me quede paralizada en la entrada con el celular aún en mi oído.

-¿Giselle estas ahí? -la voz de Liza logro que al fin reaccionara, aunque hubiese preferido no hacerlo.

Trague grueso.

-Te llamo luego. -dije como pude con voz demasiado baja, que no estoy segura que me lograse escuchar, pero no espere que ella contestara cuando corte con rapidez y lleve mi celular a mi bolsillo.

Sin apartar mis ojos de ella.

Su mirada era fría y calculadora, jurando que en ningún momento pestañeaba.

Calme mi respiración y reprimiendo los labios trate de sonreírle.

-¿Acaso no piensas entrar? -pregunto con los brazos cruzados y analizándome como si buscase cualquier error de mí.

Usé de todas mis fuerzas para lograr moverme del sitio, cerré la puerta con lentitud, encendiendo las luces después.

Respire hondo y comprimiendo mi sonrisa pensé que esa sería la única manera de no sentirme tan tensa.

-¿A qué se debe tu visita? -pregunté con suavidad, sintiéndome incapaz de avanzar más.

Ella al parecer lo noto cuando se levantó del asiento, arreglando su traje negro y con sus tacones blancos empezó a avanzar hacía a mí, mientras yo solo me encogí y traté de no retroceder. Su silencio me ponía en un estado de presión donde no sabía que decir o hacer y su mirada analizadora podría hacerme sentir demasiado pequeña en mi propio departamento.

-¿Sucedió algo...? -volví hablar, siendo consciente que era claro que algo había sucedido.

De otra manera mi madre tal vez nunca se acercaría a mi departamento y ni siquiera sabía cómo habría entrado, no me interesaba cundo sabía que ella es capaz de conseguir lo que desea sin importar como.

-No lo sé -contesto de repente, fingiendo despreocupación-. Dímelo tú Giselle, ¿sucedió algo?

Esta vez fui yo quien me reservé a hablar, pues no estaba segura que había hecho, ¿será posible que se ha dado cuenta de mi situación con Emma?

Se dio la vuelta para dirigirse por la pequeña sala como si inspeccionara todo.

-Porque yo ya no sé qué sucedió realmente con lo último que hablamos -continúo diciendo con voz seria-. Me parece que ni siquiera te importo, ¿o sí?

Respiré hondo y reprimí los labios asintiendo a pesar que ella no me miraba.

De repente saco su celular de su bolsillo como si buscase algo y fue exactamente lo que pasó cuando empezó a leer.

-Mira esto -exclamo fingiendo estar emocionada-. Hija de una de las magnates más importantes de New York, Giselle Newman ha sido vista en una fiesta bailando el día lunes.

Me tense y un escalofrió me recorrido todo el cuerpo sin ser capaz de hacer algo o decir, mi corazón empezó a palpitar con demasiada rapidez que podría caerme al suelo ante falta de fuerzas.

-Al parecer se muestra bien después de toda la polémica que la persigue, mostrándose una vez más al mundo después de un tiempo sin saberse nada de ella. -termino diciendo para esta vez levantar su cabeza y verme con expresión fría mientras yo no podía saber con exactitud qué pasaría a continuación.

Perfecta CoincidenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora