Estoy entre cuatro paredes con escritorios a mi alrededor, en una oficina de policía, por la discusión con aquel hombre como resultado Darío y yo estamos aquí por una denuncia de falsas acusaciones. Milán me acompaño hasta acá para ayudarme a que nos dejara ir, solo recuerdo lo que dijo mi madre «Eres el amuleto de los problemas Naz» en realidad lo soy.
Había apagado mi teléfono cuando llegamos aquí, pero lo encendí porque estaba aburrida y Darío igual, a encender tenía varios mensajes de Ian.
—Qué persona tan insistente Naz— se quejó él.
—No lo es...
—Defenderlo ahora acosadora.
Ignore a Darío y abrí los mensajes de Ian.
Ian: ¿sigues ocupada?Siento que molesto.
Naz
1:28 pm.
El salido con unos amigos, pero aún sigo aburrido.
Quiero llamarte.Naz?
Estoy caminado...
Estoy aburrido.Nazzzz
Esboce una sonrisa porque aunque no le respondiera me dejaba un mensaje de lo que hacía.
Yo:Se me hace raro no tener una llamada perdida tuya.Se nota que estás aburrido.
Ian: Pensé que te había pasado algo o no me querías responder.
Yo:Estaba ocupada con el trabajo.
Ian:Mmm y luego?.
Yo:Tengo que detallar lo que hago?
Ian: Quisa allá salido con alguien o termínate tu hora de trabajo quién sabe.
Yo:Mmm, ¿a dónde salirte con tus amigos?.
Ian:Jajaja se nota que cuando te dice algo cambia el tema.
Solté una carcajada a quitar la mirada del teléfono, un policía me vio y me arrebato el teléfono, hice una mueca de (hey es mi teléfono) pero le dio igual y se lo dio a Milán.
—Esto es injusto, nos tienen aquí sin haber hecho nada solo por haberle dicho la verdad a un pedófilo de miércoles— chillé entornado los ojos.—Joven puede cerrar la boca...
Darío me tapo la boca con la mano al ver que le iba a salir con una de las mías.
—Señor oficial, eso se van conmigo, ya que hombre retiro su denuncia— Informo Milán.
—De acuerdo joven.
—Susan nos vas a matar— susurro Darío.
—Eso no lo dudo.
Salimos de la oficina y Milán llamo un taxi en el cual nos dejó en el café, él se quedó con nosotros, entramos al café y Susan nos abrazó con toda su fuerza, la entiendo, estaba preocupada por nosotros. No había nadie en el café, solo nosotros cuatro nos sentamos para poder platicar lo que paso porque no le habíamos dicho nada a Susan.
—¿Me contará lo que ha pasado?— inquirió ella mientras agache la cabeza por la vergüenza que tenía.
—Susan, todo fue mi culpa, solo intenté proteger a Naz el hombre...Ella interrumpió a Darío con un suspiro pesado.
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¿A Donde Vamos?
Teen Fiction¿Que persona no tiene secretos?. Algunos mentimos para no salir lastimados o nos escondemos en la oscuridad para pasar desapercibidos como Naz, esa chica que le fascina la soledad y adora ser invisible para algunas personas, la que crea su propio mu...