°13° Una Carrera, Una Apuesta.

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Ian Bennett


Me quedé dormido acariciando su oreja, era tan linda cuando dormía, ella se ha dormido abrazando la almohada, solo guardaba silencio para no despertarla, me acerque a ella abrazándola y sintiendo su calor y percibiendo el olor de su cabello borgoña ella se dio la vuelta y medio abrió los ojos, sus labios cuáles ya me pertenece había algo que me encantaba de ella la forma que me mira y como trata de controlarme... 

Mi teléfono sonó cuando intento tomarlo, Naz poso su cabeza en mi brazo, la mire como hacía un gesto tan dulce, sonrió tan encantadora que solo me quede mirándola. Tome mi teléfono rápido vuelvo a mirar a Naz y bostezo.

—Sandra— murmure al ver la llamada entrarte en mi teléfono.

—Debería de contestarle así no se preocupa por ti— hablo con la voz un poco ronca y su mirada cansada.-No lo haré...

—Si no la hace juro que contestaré yo-informo ella poniendo su cabeza en mi pecho.-Eres capaz de todo así que contestaré cuando me vaya amargura.

—De acuerdo... 

Ella se levantó y me arranco el teléfono de la mano y contesto la llamada, su mirada era desafiante, me hizo seña de alto para que no me le acercara, puso el teléfono el alta voz para escuchar lo que diría Sandra.

—Ian me quede esperándote toda la noche... ¿Dónde diablo te has metido?. 

La sonrió con una mirada fulminante y pronuncio—Lo siento, pero Bennett no está disponible en esto momento, por favor llamarlo más tarde, gracias...

—¿Quién rayos eres tía?— pregunto Sandra bruscamente mientras que yo pasaba mi mano por mi cabello.

—Ian amor le digo que soy tu novia o no sé si tú se lo quieres decir— sugirió Naz guiñándome el ojo.

—Basta dame mi teléfono...

—No, no te daré algo que me pertenece amor. 

Escuchamos un chillido a través del teléfono Naz se me quedo viendo sorprendida le arrebate el teléfono.

—Lo siento Sandra mi prima me quito en teléfono-hable sin pensarlo Naz comenzó a toser.

—Wao eres un gran mentiroso. 

Colgué la llamada y tiré mi teléfono a su cama, ella esquivó mi mirada, no hizo ningún gesto, solo formo una fina línea en sus labios.

—Ahora tengo irme porque Sandra se podrá como una fiera solo porque le has contestado el teléfono— gruñí. 

Soltó una carcajada y repitió poco a poco—Lo siento Sandra, mi prima me quito el teléfono, una prima— alardeo, una sonrisa burlona me acerque y la mire fijamente a los ojos.

—¿Estás celosa?—Quise saber por qué se estaba portado rara.

—No tengo razones porque estarlo si tú y yo no somos absolutamente nada además tu novia es Sandra, no tengo que estar celosa porque ser tu novia sería un castigo— se limitó a decir ella cruzándose de brazos.

—Naz eres...

 Ella suspiró y alardeo la cabeza— ¿yo que soy?, ¿soy una amiga?, ¿soy tu prima, soy tu querida?, ¿soy una desconocida?— hablo con doble sentido. 

Abrieron la puerta de la habitación de Naz, entro Sule y Darío, Sule tenía unas llaves en la mano, nos tomaron por sorpresa, pero Naz no tanto porque seguía con ceño fruncido.

—Responde, no importa si ellos estar aquí presente...

—se acercó y me miro a los ojos, pero esquive verla a los ojos su voz se volvió algo empática— que hago yo en medio de tu vida. 

¿A Donde Vamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora