Ian Bennett.
La cara que puso me dio un poco de risa en sus ojos, había una chispa en esos ojos se reflejaba en cielo, eso hermoso colores que ilumina, eso preciosos ojos color avellanas. Alardeo la cabeza para mirarme bien, le dediqué una sonrisa y ella torció los ojos.
—¿Bennett, puedes decir que cosa?— inquirió ella enarcando una ceja con suavidad.
—Mmm, pensándolo bien, es mejor que no te diga por qué terminara enojándote cielo mío...
Ella jaló su brazo hacia ella soltándose de mi agarre, no era tan malo estar con ella, no me equivoque en haberle escrito aunque sea una amargura, tiene su lado divertido, es una tía reservada, tiene sus razones para hacerlo, no me equivocaré en conocerla tan y como es. La seguí mientras bajamos por las escaleras de edificio en que estábamos, ella está de brazos cruzando.
—Amargura, ¿estás molesta por no haber dicho nada?— Quise saber.
—¿Qué pretendes Ian?— insinuó ella mirándome sobre su hombro.
Me le acerqué un poco— Nada...
Ella torció los ojos acelero el paso, la detuve y la acorralé en toda la entrada del edificio, ella frunció el ceño, lo que habitualmente saber hacer amagarse. Miro hacia un costado para esquiva mi mirada y de la nada comenzó a gritar.
—Ayuda me están acosando.
—¿¡Que!?— enarque una ceja soltándola con rapidez.
—Me están acosando— grito ella poniendo una mirada juguetona.
Me agarra del antebrazo, veo que era un policía.
—¿Este joven la está acosando, señorita?.
—Nazli no— le dedico una mirada retadora.
—Sí, no me quiere llevar a mi casa— Soltó ella con una sonrisa pícara.
—Lo siento señor ella está bromeando.
El policía asintió y se retiró mientras eso Naz se me escapo dejándome solo. Me molesto un poco, pero me terminé riendo, ella me escribió diciendo que iba al café a sí, que me fui a mi casa, pero me llego un mensaje de un amigo de que había una fiesta cerca de mi casa, así que me dirigí hacia allá. Naz es demasiado opuesta a mí, normalmente sus palabras es no y es muy aburrida, pero lo que hizo hoy no fue tan aburrido si no sereno, además me mostró algo que no me había fijado del cielo, un atardecer no lo había contemplado.
—¿Que hay de nuevo tío?.
—Pues lo mismo de siempre... —conteste con poco entusiasmo.
—Milán te estuvo buscando tío, por la cara que tenía estaba que ardía— comento Omer. Bufe tirándome en sofá de la casa de Omer.
—¿Vino hasta esta fiesta para buscarme?.
—Aún sigue aquí debe estar afuera tío esperándote...
Omer me dio una cerveza, pero me la arrebataron rápidamente de la mano.
—¿Que quieres Sandra?— pregunte bruscamente.
Ella se sentó a mi lado subiendo sus piernas sobre mí mientras estaba postrado en el sofá.
—¿Milán te está buscando que le has hecho a ese tío?.
—Me pregunto lo mismo Sandra que le echo...
Entro Milán de golpe a estudio de Omer con gesto serio, pero el cuerpo lleno de ira mi miro dedicándome una mirada amenazante.
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¿A Donde Vamos?
Ficção Adolescente¿Que persona no tiene secretos?. Algunos mentimos para no salir lastimados o nos escondemos en la oscuridad para pasar desapercibidos como Naz, esa chica que le fascina la soledad y adora ser invisible para algunas personas, la que crea su propio mu...