CAPITULO | 21

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Poco a poco comencé a abrir los ojos, me sentía adormilada y mareada, todo estaba oscuro, apenas brillaba una lampara de constelaciones que Dong-Yu puso para que la habitación no estuviera completamente oscura, debido a mi claustrofobia.

El reloj marcaba las once menos treinta, poco a poco fueron regresando a mi los recuerdos de hace unas horas, tome mi celular de la mesita de noche y lo revise, había cientos de llamadas perdidas de Nayeoni, Hyung-Ki y Ha Na.

Me había perdido la prueba de vestido de Nayeoni, y me sentía mal por eso, pero unas pequeñas punzadas en mi pecho me hicieron olvidarme un poco de todo, me levante como pude y me acerque al espejo del tocador, me había rasguñado de la desesperación, hacia muchos años que no me sentía así, que no me encontraba en una situación como esa, pobre Taeh, debe sentirse mal por lo que paso, se que ellos no lo sabían, nunca se los dije.

-Pequeñita. -Escuche desde el otro lado de la puerta junto a unos toques en esta, me sobresalte.

-Dame un segundo, por favor.-Le dije a Dong-Yu, rápidamente busque una camisa y me quite la que tenia puesta, supongo que Zami la rompió para curar mis heridas.

-Pasa.

-Hermosa, traje la cena, ¿Cómo te sientes? Zami me dijo que tuviste una crisis.-Yo fruncí el ceño, Dong-Yu me lo dijo de una manera tranquila, así que supuse que no le conto nada sobre Taeh, sino este ya hubiera ido a sacarle los ojos y a mi me estuviera interrogando un poco molesto.

-Me siento mejor, gracias por preguntar.-Este solo asintió sonriendo.

-Me alegra saberlo, date una ducha y baja a cenar.-Asentí en respuesta y lo vi irse de mi habitación.

|.....|

 -¿Como te fue hoy?.-Le pregunte a Dong-Yu mientras ayudaba a poner la mesa, hoy Zami tenia el turno de la noche, así que solo cenaríamos él y yo.

-Me fue bien, pequeñita, ya sabes, muchos papeles.-Dijo y reí.

-¿Que se siente por fin trabajar como abogado en esa empresa?-Este soltó un suspiro.

-Imaginaba muchos papeles, pero si te digo que mi oficina tiene una de las mejores vistas de la ciudad, te mentiría porque los papeles la tapan.-Dijo y volví a reír.

Hace apenas unas semanas que Dong-Yu ya no trabajaba como editor, ahora ejercía su profesión en la misma empresa, es por eso que pudieron mudarse a este departamento, ahora le va mucho mejor y supongo que esta cumpliendo su sueño aunque no pueda ver la vista de la cuidad.

-¿Mañana regresaras a la escuela? -Lo escuche y me puse nerviosa.

-Aun....... Sigo buscando institutos.-Dije preocupada, este solo suspiro.

-¿Linda?

-Lo se, lo se, pero ya lo decidí, por favor respeta mi decisión ¿Si? - Asintió no muy convencido.

 Al terminar la cena, lave los platos y Dong-Yu limpio la mesa, luego se fue a su despacho y yo subí a mi habitación, me puse mi pijama y me acosté.

Miraba el techo y mientras lo hacia, el recuerdo de Jeong me asaltaba, quería evitarlo, pero no podía, Jeong se había vuelto importante para mi, mi pecho dolía aun mas por recordar las cosas que en tan poco tiempo habíamos pasado, que por los rasguños que yo misma me ocasione.

Creo que en fondo el no regresar al instituto tiene que ver mucho con él.

Sonreí al recordar el día que le llevo flores a la señora Beth.

-¡Por Dios! esa mujer me odia.-Dije y resople.

Pero luego, el recuerdo de nuestro primer beso en su fiesta hace unas semanas, su tacto, él apretándome contra su cuerpo mientras la música sonaba, su aliento en mi cuello, todo eso volvía a mi sin siquiera intentar pensarlo. Cerré los ojos como ese día y comencé a viajar por cada caricia que me dio, sus labios rosando los míos hasta maltratarlos de una manera tan profunda. Mi vagina comenzó a palpitar y eso me dolió, hice una mueca de dolor, pase mi mano por esta misma, intentaba calmar el dolor acariciando mi intimidad, pero mi piel se erizo cuando sentí una sensación deliciosa por todo mi cuerpo. Me asuste así que lo deje de hacer, me voltee en la cama e intente dormir.

Dentro de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora