𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 ; 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭

Capítulo 4: El bosque de árboles gigantes

"EL BOSQUE DE ÁRBOLES GIGANTES"

El cuerpo de Scarlett estampó contra el frío suelo causando un sonido que resonó en toda la cámara de simulación. Los hologramas desaparecieron mientras ella intentaba levantarse sin éxito. Una pequeña nube de humo salió de su boca cuando jadeó debido a la baja temperatura del lugar. Aún así, las gotas de sudor le caían por la frente y espalda. Su largo cabello oscuro estaba atado en una coleta ajustada que causaba que le doliera la cabeza.

—Levántate — ordenó el instructor a través de las bocinas. Si él fuera capaz de pelear contra 10 hologramas de hombres con el doble de su peso y fuerza un domingo a las 7:00 de la mañana, quizás tendría un poco más de piedad con la joven, que apenas respiraba. Si supiera lo que cuesta levantarse después de un golpe en el estómago, tal vez no le habría gritado a Scarlett esa mañana. —¡Levántate ya!

La chica se estiró para poder tomar su arma y volvió a juntar todas su fuerzas para hacer el intento de levantarse. El dolor que sentía al hacer cualquier esfuerzo era cada vez peor, y su cuerpo estaba cada vez más caliente. Gritó con fuerza mientras se incorporaba, sintiendo las heridas quemándola por dentro.

Un estudiante promedio de la Academia de la Federación Intergaláctica jamás habría soportado lo que ella, de apenas 15 años, soportó en ese momento, pero aún así, el instructor eligió exprimirla al máximo.

—No hay tiempo para siestas — reprimió con su grave y fría voz —. ¡Otra vez!

"Iniciando secuencia de simulación 5023"

Scarlett apenas alcanzó a tomar aire antes de que se abalanzaran sobre ella los estúpidos hologramas que formaban hombres fuertes y pesados. Sabía que la única forma de poder obtener un momento para descansar era derrotándolos.

Su vista ya estaba nublada (no sabía si por los golpes o por las lágrimas que se negaba a dejar salir) y sus manos apenas podían moverse sin temblar. Recibió un golpe, esta vez en el rostro, que la hizo tambalearse hasta que su espalda recargó contra la pared.

—¡Vamos, Scarlett! ¡Pelea!

El sonido de la voz del instructor le parecía cada vez más lejano conforme recibía más y más golpes.

—¡Scarlett, muévete ahora!

Su cuerpo apenas reaccionaba para cubrirse la cara con las manos.

¡Scarlett...!

Temblaba y tiritaba como un animal medio muerto.

Scarlett...

Lo único que podía percibir era el inmenso dolor que amenazaba con nunca detenerse.

Scar...

—¡Scarlett!

Armin sostuvo el cuerpo de la joven cuando ella golpeó su cabeza contra el suelo al perder el equilibrio. El equipo de maniobras estaba montado entre dos pedazos de madera, como solía ser en los entrenamientos de hace 3 años.

Aquel golpe hizo que Eren sonriera ligeramente cuando se vio a sí mismo en la joven que ahora se quejaba.

—¡Arlert, aléjate de la recluta!