Capítulo 3: Quien nos creó

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"QUIEN NOS CREÓ"

Conforme pasaba el tiempo, a Armin no le sorprendió darse cuenta poco a poco de que los voluntarios que venían de Marley no eran enemigos, ni siquiera eran diferentes a ellos. Sólo eran personas.

La primera vez que Scarlett lo vio transformarse en titán fue cuando comenzaron a capturar a los navíos que enviaba Marley, de esa manera probaban su "lealtad" con la isla y se ganaban la confianza de la legión y las demás secciones.

—Nuestro barco varó — Yelena fingía desesperación en la voz como si no le costara nada. Sonrió con malicia y se acercó al micrófono del radio para decir:— Necesitamos un rescate.

Scarlett salió de la carpa para presenciar la transformación. Le habían dicho que el titán de Armin era mucho más grande que el de Eren, y honestamente, le aterraba un poco. La luz nubló su vista, fue como si cayera una bomba. Una silueta de al menos 60 metros se levantó entre los mares causando gritos desde los barcos de rescate.

El capitán Levi encabezaba un pequeño escuadrón que recibió a los soldados de Marley que saltaron de sus barcos tras la transformación del titán colosal. Scarlett vio desde lejos como les apuntaban a la cabeza y les decían algunas cosas que no alcanzó a escuchar. Alzó la mirada hacia el titán y sintió como si él la observara también; parecía tener la mirada perdida, era muy diferente a la del propio Armin. Se quedó perpleja mientras un escalofrío recorría su espalda.

Más tarde esa misma noche, Scarlett entró con Yelena y Onyankopon a una pequeña carpa montada cerca del campamento en el que los habían recibido los primeros días. Planeaban comenzar a mostrarles poco a poco la tecnología y los avances del mundo exterior, pero de manera gradual, para evitar que se saturaran de información.

Sasha, Jean y Connie se adelantaron empujando a Armin y Mikasa para ser los primeros en ver el mapa. Hange conversaba con Onyankopon mientras Scarlett y Yelena observaban todo desde atrás. De la nada, Sasha exclamó:

—¿Por qué tienes la piel tan oscura, Onyankopon? — ella lo miraba con mucha curiosidad, tal como a Scarlett el día de la audiencia. El hombre no pareció ofenderse por su pregunta, incluso le sonrió y respondió con astucia:
—Porque quien nos creó pensó que sería más interesante que haya variedad.

Quien nos creó..., pensó Scar, ese es un tema controversial incluso en las sociedades avanzadas.

—Pasa lo mismo con el pueblo de Ymir — explicó —. Existimos porque alguien lo quiso así.

Todos estaban asombrados y maravillados. Se creó un silencio mientras los soldados de la legión se miraban entre sí, hasta que Armin habló.

—¿Quién nos creó?

"Otro dilema sin final...", dijo Scarlett para sí misma.

—Quien le dio poder a Ymir: Dios — respondió Onyankopon. Parecía muy convencido, pero a Scarlett no le parecía buena idea implantarles la religión como si fueran profetas. Ni ella misma creía en "dios". — Hay gente que piensa así, pero cada uno puede pensar lo que quiera.

Los chicos y Hange siguieron haciéndole preguntas a él y a Yelena. Scarlett sintió que ella no podría responder ninguna de las preguntas de Sasha sin ponerse muy nerviosa, así que se aseguró de que nadie la viera y salió de la carpa. Cerró los ojos y respiró profundamente sintiendo un suave pero insistente dolor de cabeza. Volvió a repasar mentalmente los expedientes y archivos de la misión, sintiéndose abrumada de repente.

Recordó una conversación que tuvo con Rost antes de aterrizar:

—¿Por qué es tan importante ese Eren Jaeger? — la parte que más odiaba Scarlett sobre aún no ser una Restauradora oficialmente era que no le permitían acceso a los detalles de la misión, simplemente debía seguir órdenes. A veces (todos los días) se preguntaba cómo era que el departamento espacio-temporal podía saber con tanta certeza los hechos que definían el destino.
—Sabes que no puedo responder ninguna de tus preguntas — dijo Rost sin voltear a mirarla —. Todo lo que necesitas saber está en los expedientes.
—Lo sé. Pero me parece increíblemente específico. ¿Por qué arriesgarían sus vidas todos esos soldados para protegerlo? Es sólo un hombre.

𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 ; 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora