Capítulo 17: Decisión y despedida

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"DECISIÓN Y DESPEDIDA"

Hay algo en ese cuerpo inconsciente, y en el hombre que lo sigue ahorcando incluso cuando ya no se mueve, que llama la atención del Ackerman. Ese cabello inusualmente largo, y el pequeño objeto que brilla sobre su pecho...

—Mierda — exclama entre dientes.

La desesperación lo guía entre los edificios, y mientras se acerca a la escena, sus pensamientos se vuelven más ruidosos, más oscuros. La excepcional rapidez con la que suele moverse parece no ser suficiente para alcanzar a salvar a Scarlett. No esta vez.

«¿Cómo carajos se metió en esa situación? ¿Cómo dejó que ese tipo...?»

—¡Porco!

La temible voz femenina del titán carguero y la transformación que sufre cuando le grita a su compañero para advertirle del Ackerman que está a punto de cortarle la cabeza de un espadazo solo hacen que el rubio suelte la presión en el cuello de la chica. Pero él no se mueve, no hasta que Levi lo noquea de una patada, lanzándolo lejos del cuerpo de la pelinegra inconsciente.

Pieck se aproxima. A Levi solo le da tiempo de tomar el cuerpo de Scarlett para salir de la zona lo antes posible. Entre sus brazos, se siente como una muñeca de trapo, y el color de sus labios apenas es un atisbo de lo que solía ser. El capitán sigue maldiciendo mientras trata de evadir los sentimientos que lo abruman en ese instante.

—¿Dónde carajos está Armin cuando uno lo necesita...? — se cuestiona, aún sabiendo que el rubio tiene planes mucho más importantes en ese momento. Y segundos después, se cuestiona aquel mismo pensamiento.

Ambos arriban un edificio desalojado, entran por una de las ventanas reventadas por las balas del titán carguero, y el capitán Levi se las arregla para recostar a Scarlett sin que ella sufra más daños. De pie a su lado, examina los detalles de su cuerpo: las marcas en el cuello, los labios secos, los ojos entreabiertos llenos de lágrimas. Algo de todo eso le provoca un nudo en la garganta, solo que no del tipo de nudos que advierten el llanto, sino algo más parecido a las náuseas.

Las maldiciones escapan de su boca como exhalaciones, con la misma necesidad y desesperación, mientras se arrodilla al lado de la joven y comienza a hacer presiones repetitivas en su pecho. En los ojos del capitán se dibujan los recuerdos de sus compañeros caídos, los que dejaron atrás. Es como si el cuerpo de Scarlett encajara perfectamente con los de todos sus subordinados muertos.

Pero antes de que su nombre se añada a la extensa lista de los soldados fallecidos, justo antes de que la presión en la cabeza de Levi alcance su límite, Scarlett empieza a toser secamente. Una tos sonora y ronca, que pareciera provenir de alguien mucho mayor. El capitán libera la tensión de sus músculos con una bocanada extensa, y aprieta los ojos con fuerza, llevándose el dedo pulgar y el índice al ceño.

Scarlett se retuerce en el suelo recuperando el oxígeno antes añorado con ruidosas inhalaciones, sus manos abrazan su adolorido cuello y, segundos después, se endereza de un brinco, lista para escapar.

Levi la detiene de un jalón. — Cálmate. Ya es suficiente — le dice tomándola de los hombros —. Soy yo. ¡Scarlett!

La gruesa e imponente voz del capitán congela a Scarlett en su sitio, y de nuevo le falta el aire.

Ella se queda quieta, mirándolo, asumiendo lo sucedido, ralentizando sus respiraciones. Se da cuenta, inmediatamente después, que incluso tragar saliva le duele. Al recapitular los hechos, solo puede reprimirse a sí misma por haberse distraído a tal punto como para bajar la guardia. Ahora lo único que desea es un mísero trago de agua, pero afuera las cosas solo comienzan a empeorar.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 ; 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora