Capítulo 12: Ataque

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"ATAQUE"


"Reporte de salud núm. 4:

Desde que salí de Mitras, no he tenido más que un ligero dolor de cabeza. Pienso que quizás el sol puede haber influido en la situación del otro día. Aún me avergüenza pensar que me desmayé frente a la reina, y en los brazos de Armin..."

—No, eso no... — suspiró —. Claro, la tinta no se borra.

"Lo mencioné en los reportes anteriores, pero he estado pensando en diversas teorías que expliquen estos extraños y fuertes síntomas (dolores de cabeza, sueños extraños, alucinaciones, vista nublada):
1. Me enfermé con algún virus de este planeta.
2. Hay alguna conexión entre los sucesos que me han provocado las crisis.
3. Me estoy volviendo loca.

Honestamente, le apuesto a la tercera.
Aunque no puedo negar que las cosas que he estado viendo y sintiendo me parecen, por decir algo, peculiares. No se trata solo de los dolores o desmayos, sino de un presentimiento extraño. Una duda en el fondo de mi mente.
Esto va más allá de un consultorio médico. Pero lo cierto es que en este planeta no hay más que eso, y no es muy avanzado que digamos. Así que seguiré reportando mis síntomas y sentimientos raros en este cuaderno hasta que pueda volver con un neurólogo. Y hasta que me devuelvan mis medicamentos."

Scarlett escuchó los gritos de su escuadrón a las afueras de su habitación. Guardó la libreta y revisó que todo estuviera bien con su uniforme, equipo de maniobras y aspecto. Esta vez se acordó de su cabello, así que se había levantado temprano para trenzarlo.

—¡Ya voy! — gritó ante la insistencia de los chicos, que ahora lanzaban piedritas a su ventana.

Salió disparada de su habitación y cuando por fin se encontró con el resto del escuadrón, su mirada se dirigió automáticamente en busca de Armin. Igual que los demás, él vestía el nuevo uniforme negro con detalles metálicos. Sin embargo, el no lucía igual que los demás. Scarlett pensó en ese momento que el color le quedaba particularmente bien al cabello rubio de Armin. Lo observó sin que él lo notara por al menos cinco segundos hasta que volteó para sonreírle de manera sutil.

Finalmente, todos se dirigieron a las afueras de las murallas para la prueba simulacro de los nuevos uniformes de la legión.

Hange había dicho que la mayoría de los chicos estaban acostumbrados a maniobrar con el equipo que sacaba las cuerdas desde el cinturón; sin embargo, el nuevo equipo tenía las cuerdas en forma de pistolas que los soldados debían disparar.

Scarlett no se había acostumbrado de manera particular a ninguno de los dos; pero le gustaba más el antiguo, le parecía más práctico. En todo caso, era el que más había utilizado, tanto en el entrenamiento como ese día en la ciudad subterránea. Sin embargo, tampoco podía negar que su experiencia con pistolas era mucho más amplia.

Pensar en cosas como esa hacia que, cuando se detenía un momento para mirar atrás, no pudiera evitar sorprenderse con la cantidad de tiempo que había pasado casi sin que pudiera notarlo. Y llegado ese punto, ya no sabía si quería que la misión terminara pronto... o nunca.

Agitó la cabeza para deshacerse de esos pensamientos cuando pudo divisar a lo lejos su conjunto de árboles favorito. El bosque se alzaba ante ella y su equipo con una fuerza que podría resultar atemorizante para muchos, pero que para ella era más que maravillosa.

El sol les caía en el rostro como una ligera caricia mientras cabalgaban, llegando al bosque de árboles gigantes.

—No recuerdo la última vez que volamos entre estos árboles — dijo Connie, con la mirada al frente. En sus ojos se notaba que estaban llegando a él decenas de recuerdos, no todos buenos.
—Bueno, este día será diferente — advirtió Hange —. Solo diviértanse — sonrió.

𝐆𝐔𝐀𝐑𝐃𝐈𝐀𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 ; 𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora