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1 año después.

—¿No es encantador?—

—A mi me sorprende mas que nadie le haya robado las baterías—

—No, no usa baterías—

Jihyo y Sana admiraban algo que desde hace mucho no habían visto, una caja musical que funcionaba, con una bailarina girando al ritmo del disco que llevaba dentro 

La tienda de recuerdos en la que estaban daba con un increible paisaje de la costa este, la luz del sol entraba por las ventanas y causaba esa vibra de estar totalmente en paz, aun cuando el mundo se había acabado

Al pasar un año y seis meses, hablando de forma mas precisa, las chicas jamás volvieron a ver a otra persona que no fueran ellas mismas, el paradero de aquellos que sucumbieron en seokhyeon era desconocido, funcionó lo de exterminar de una forma tan repentina a los que pudieron convertirse en sus verdugos

—Quiero llevarla...—Jihyo acercó sus manos hacia la bailarina, y Sana la vio con una sonrisa llena de cariño—Me encanta—

—Es tan linda como tu—Dijo Sana, haciendo que su contraria riera—¿No lo crees?—

—A mi me parece que soy un adefesio con este agujero que tengo en el ojo—

—Te hace ver genial—

Jihyo negó con la cabeza de manera que mostró lo mucho que le incomodaba la falta de su ojo, no solo por el obvio hecho de que perdió la mitad de su capacidad visual, sino de lo horrible que se veía el parpado invertido cuando cicatrizó por completo su herida, comenzó a caminar al rededor de la tienda, muchas cosas aun estaban en su lugar, el tiempo pasó y jamás se movieron

Gorras, playeras, trajes de baño, pelotas de playa, todo lo que una persona quisiera tener cerca para un día soleado como este, tristemente no podían darse el privilegio de disfrutar aunque sea una tarde tan hermosa 

—¿Crees que del otro lado del mundo todo esté mejor?—

Para la coreana eso no era una pregunta usual, no se solían cuestionar sobre lo que ocurría en el resto del planeta pues estaban demasiado ocupadas con sobrevivir en donde vivían, y ya llevaban un buen rato moviéndose de un lado a otro sin permanecer demasiado tiempo en un mismo sitio. Jihyo se quedó pensativa, viendo hacia la ventana de la tienda 

—En realidad no creo que quede nada ya—Dijo, pero no con un tono pesimista, sino de forma neutral e incluso un poco feliz, obvio que el ambiente en el que estaban ayudaba mucho a mantener cierta tranquilidad—¿Pero qué importa? Cualquier zona en la que estemos será nuestro hogar, solo hay que...mantenernos juntas—

—¿Y mantener a Mina drogada?—

De repente el tono de la conversación se sintió un poco hostil, Sana acusó a Jihyo de algo que llevaba rato provocando

Jihyo hizo todo lo posible para conseguir los medicamentos de Mina incluso si eso implicaba arriesgarse al obtenerlos, gracias a aquello, la menor de las japonesas se había estado manteniendo aliviada de sus síntomas de ansiedad y estrés postraumático ¿A qué costo? Al costo de que apenas se le viera activa por pasar tanto tiempo dormido

Sana discutió hace no mucho con respecto a eso con Jihyo, y las respuestas de la líder siempre eran las mismas

—Es lo mejor para ella...—

Claro que Jihyo no podía contarle a su amiga lo que vio en el sotano del búnker aquella vez, le prometió a Mina no decirle a nadie pero ese oscuro secreto que llevaba consigo le venía a la mente todo el tiempo, incluso a la hora de irse a dormir, tenía la sensación de que Mina en algún momento empeoraría y atentara contra ellas

Zombiefication (Sahyo AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora