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Llegar al hospital a través de las calles desoladas resultó ser sencillo para las chicas. Sin embargo, a medida que se acercaban al recinto, los encuentros con caminantes se volvieron más frecuentes. Sana y Jihyo lideraron el grupo, abriéndose paso sin necesidad de disparar sus armas, pero su buena suerte llegó a su fin allí mismo.

El día apenas comenzaba y la luz del sol hacía que los caminantes fueran menos activos y más lentos. Aprovecharían esa ventaja para avanzar el último tramo hacia el hospital.

—Si entramos por la sala de emergencias, podremos llegar al quirófano lo más rápido posible. El problema radica en la antesala del quirófano. Ayer salimos corriendo de allí porque eran demasiados. Necesitamos cubrir esa zona mientras yo me acerco para asegurarme de que esté más tranquila—, ideó Jihyo. Sin embargo, su plan fue rápidamente rechazado.

—No es justo que vayas tú sola, iré contigo—, insistió Sana, a lo que Jihyo se negó. —¿Qué te pasa?—, cuestionó Sana.

—Es mi responsabilidad como líder enfrentar los problemas más peligrosos—, respondió Jihyo.

—No habrá líder si te mueres, Park. Permítele a Sana que te acompañe—, opinó Jeongyeon.

Una vez más, surgieron desacuerdos entre Sana y Jihyo, algo que la coreana ya le había comentado que no le agradaba. Jihyo frunció el ceño, negó con la cabeza y salió del escondite.

—Quédense aquí, estaré reportando por la radio—, decidió, caminando lentamente y midiendo cada uno de sus pasos. Un solo error podría desencadenar una tragedia.

Cada vez que Jihyo se exponía por sus amigas, sentía un terror inmenso. Sabía que era importante no ponerlas en riesgo, pero al mismo tiempo no quería ponerse en peligro a sí misma. Sin embargo, prefería eso antes que exponerlas a un escenario peligroso. Jihyo tuvo la idea de caminar agachada para evitar a los infectados, utilizando los autos accidentados como cobertura para cruzar sin problemas hasta la entrada de emergencias.

Las puertas automáticas estaban abiertas y el lugar carecía de electricidad, pero según recordaba la líder, el hospital había estado abastecido de energía hasta ayer. Eso le generó una mala sensación.

La cantidad de infectados era menor; algunos yacían en el suelo, con el cuerpo partido en dos, arrastrándose sin rumbo mientras emitían ruidos desagradables. A pesar de que esperaba sentirse más segura que el día anterior, la tensión era la misma. Incluso sus compañeras se preocuparon al verla desvanecerse a través de la puerta de emergencias.

—Iré tras ella—, propuso Sana.

—No, Sana—, la detuvo Jeongyeon. —Está bien, no es necesario que también te arriesgues—.

—Sabemos que no quieres que nadie se la coma más que tú, pero aún así, es mejor que mantengas la calma—, continuó Nayeon, provocando risas en Jeongyeon. Ambas comenzaron a reír mientras Sana se exasperaba.

Incluso Mina esbozó una sonrisa burlona. Pasaron unos minutos y Jihyo se comunicó a través de la radio, interrumpiendo el descanso.

—Estoy en la antesala—, susurró la líder. —Pueden entrar, pero con cuidado. Podría haber infectados escondidos en cualquier lugar. Por ahora, está despejado. Ubíquense en el recibidor y cuídenme mientras consigo el kit—.

—Ese no era el plan...—, habló Sana por la radio. —¿Por qué cambias lo que ya habíamos decidido?—

—La situación es distinta. Será mejor que yo me encargue del kit y que ustedes vigilen las entradas. Por favor, asegúrense de que haya salidas disponibles en caso de que tengamos que escapar—, finalizó Jihyo, adentrándose en el pasillo de los quirófanos.

Zombiefication (Sahyo AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora