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Las chicas no podían creer que estaban comiendo todas esas cosas, ni siquiera se encontraban en mal estado o expiradas, nada de lo que consiguieron en ese congelador parecía pasar del año de fabricación, Jihyo pensó mucho al respecto y concluyó en que las fábricas funcionaban con normalidad en Daegu 

—¿Pero cómo traerán el material para hacer todas estas...—

—Oye, podrías estar comiéndote la mente toda la noche al respecto, o podrías terminar de comer ese helado. Escoge—Respondió Sana, interrumpiendo los pensamientos preocupados de Jihyo—Si no quieres el de piña puedes dejármelo a mi...—

—Soy alérgica—Le recordó, deslizando el bote de helado de piña hacia Sana

Tener una conversación tan superficial era algo que no hacían desde hace un buen rato, las únicas veces que se hablaban solo se limitaban a dar información sobre el entorno, los posibles riesgos, y en especial las decisiones que debían de tomar. Jihyo finalmente quedó saciada de comer tanto, aunque sus amigas apenas comenzaban a comer de verdad

Mina seguía comiendo con tranquilidad, si tranquilidad se le podía decir a sus tres bocados de cada minuto, ocupada tratando de encontrar entre sus memorias algo que la ayudase a calmar la ansiedad que tenía por dentro, un pánico que no expresaba enfrente de sus amigas porque la abstinencia, el dolor de la perdida de Jeongyeon y Nayeon, y todo en general le estaba cortando las ganas de hablar o gritar

Desde la perspectiva de Mina, no estaba enfrente de Sana y Jihyo, o al lado de Tzuyu, según su mente, se encontraba en un lugar totalmente diferente, alucinaba en cada momento, fuera de si, continuó tomando cucharadas de helado de forma instintiva, ante las miradas preocupadas de Sana

Mina estaba atrapada en su propio mundo de pesadillas y alucinaciones. Mientras sus amigas la observaban con creciente preocupación al notar como se iba de un lado para otro, ella parecía estar en otro lugar, un lugar donde el sufrimiento y el horror reinaban, pues la línea de lo que creía real y lo que era mentira la había cruzado hace un buen rato

En su mente, las imágenes de tortura y abuso se mezclaban con los recuerdos de Momo, Jeongyeon, Nayeon y Chaeyoung. Veía a sus amigas siendo sometidas a terribles tormentos, sus gritos resonando en su cabeza como un eco interminable

Las figuras de los torturadores, sus rostros ocultos detrás de máscaras grotescas, a Yuta entrando en su celda para desquitarse todas las veces que quería, la perseguían en sus visiones distorsionadas. Sentía el dolor agudo de las cadenas en sus muñecas, recordando vívidamente cada golpe, cada corte, cada humillación a la que había sido sometida, sus dedos cortados, los días sin comer

Mina murmuraba palabras incoherentes, como si estuviera reviviendo conversaciones que habían tenido lugar en medio de la agonía. Sus manos temblaban mientras intentaba alcanzar algo que solo ella podía ver en su mente atormentada

Sus amigas la rodeaban, intentando romper la barrera que la separaba de la realidad. Pero para Mina, la línea entre el mundo real y sus alucinaciones se había vuelto borrosa. Estaba atrapada en un ciclo de dolor y miedo, incapaz de escapar de los fantasmas del pasado que la perseguían sin piedad

El restaurante abandonado se desvanecía en segundo plano mientras Mina luchaba contra sus demonios internos. Cada intento de sus amigas por calmarla parecía ser en vano. La oscuridad de sus alucinaciones la envolvía como una pesadilla interminable

Jihyo, Sana y Tzuyu compartían miradas de angustia mientras veían a su amiga desvariar. Sabían que no podían abandonarla en ese estado, pero también sabían que no tenían las respuestas para liberarla de sus propios tormentos. En ese mundo postapocalíptico, las cicatrices emocionales eran tan profundas como las heridas físicas, y Mina estaba atrapada en el epicentro de su propio infierno

Zombiefication (Sahyo AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora