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Badala estaba muy pensativa esos días, más de lo normal, incluso su humor había decaído bastante, siempre le pasaba cuando las festividades navideñas se acercaban, no hablaba, no bromeaba, incluso los miembros del equipo estaban empezando a preocuparse por su estado de ánimo, pero siempre que querían acercarse a preguntar, Harry se interponía y les pedía dejarla sola.
Badala decidió pasear esa noche.
El frío viento invernal sacudía los últimos resquicios de hojas doradas que colgaban tristemente de las ramas desnudas de los árboles. A través de las calles decoradas con luces titilantes y guirnaldas festivas, el aroma dulce y especiado del ponche navideño invadía el aire, mezclándose con los delicados copos de nieve que danzaban suavemente hacia el suelo.
Dentro de Jitters, el ambiente era cálido y acogedor. Las luces suaves y tenues bañaban el lugar, reflejándose en los adornos navideños que lo decoraban, creando un efecto mágico y casi etéreo. Badala estaba sentada en un rincón del café, la taza humeante entre sus manos proporcionaba un ligero alivio al frío que calaba sus huesos, pero no podía calentar el frío interno de su corazón, golpeado por la soledad y la pérdida.
La música navideña que sonaba de fondo no hacía más que acentuar su tristeza, un amargo recordatorio de los felices tiempos en familia que nunca volverían. Su mirada estaba perdida, sus ojos nublados por las lágrimas contenidas observaban la danza de las luces navideñas en el exterior, pero su mente estaba lejos, perdida en los recuerdos de un pasado más feliz.
Fuera de la cafetería, Barry observaba a Badala a través del cristal empañado por el frío. Notaba el cambio en su semblante, la luminosidad habitual de sus ojos había dado paso a un gris sombrío, y la sonrisa vibrante y alegre que siempre la caracterizaba, ahora era un eco lejano. Él la había estado observando, preocupado por su cambio de actitud y ahora, al verla allí, sola y vulnerable, sentía un impulso irrefrenable de acercarse, de ofrecerle su apoyo y cariño.
Se quedó un momento más contemplándola, admirando su belleza triste, antes de tomar una profunda inspiración y entrar en Jitters. El tintineo de la campana de la puerta anunció su llegada, pero Badala estaba demasiado absorta en sus pensamientos para notarlo. Barry caminó con suavidad, casi con reverencia, hacia donde ella estaba sentada y, sin decir palabra, tomó asiento frente a ella.
La presencia de Barry sacó a Badala de su ensimismamiento, y alzó la vista para encontrarse con sus cálidos ojos llenos de preocupación y afecto. Aunque él no pronunció palabra, la intensidad de su mirada le hablaba, bajo nuevamente la mirada, concentrándose en su taza de café.
—En mi casa éramos muy pobres, pero cada navidad, sin falta, siempre estaban los regalos que pedíamos bajo el árbol, no importaba que fuera, siempre estaban ahí...al igual que una magnifica cena...esos eran los días más felices de mi niñez...y ahora...solo quedan memorias
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Ashes of love| Barry Allen
Fanfiction"Cuando el destino llama a tu puerta, no peudes escapar de el"🥀 ☆*: .。..。.:*☆ -Cuando te miro, las lágrimas siguen saliendo, no se porque venías a mi dando vueltas y vueltas...como si estuviera destinado a ser-murmura Barry con un nudo en el estoma...