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PD: Este capitulo tiene una escena de un tema delicado aunque no sea explicita, se da a entender y se que esa clase de situación son poco gratas leerlas en cualquier lado, pero, Zoom es un hombre obsesivo y enfermo que piensa que Badala le pertenece, no me odien o a la historia por incluir esa oscuridad humana y aunque ya no habrá más escenas así, si quieren dejar de leer la historia o saltarse el capítulo por esto, no hay resentimientos.

Badala respiraba con dificultad y se estremeció al sentir las manos de Zoom sobre su garganta mientras le ponía un collar de oro, pero no era una simple decoración, era un collar especial, pues, cuando la cerradura hizo clic detrás de su cuello, se sintió débil, vulnerable, toda su fortaleza, sus poderes, habían desaparecido.

—¿Usando uno de tus trucos sucios? —pregunta o más bien le gruñe mientras él se aleja, viéndola con una sonrisa de satisfacción, sus manos, extendidas, encadenadas en el piso, no se podía poner de pie, estaba de rodillas, el collar de su cuello también tenía cadena.

Cuando él se dio cuenta de que no tenía poderes, le quitó las cadenas de las muñecas, tomando la cadena de su collar y la arrastró hacía el, haciéndole daño en las rodillas cuando no se pudo poner de pie rápidamente.

—Es para tu protección, no quiero que hagas algo imprudente y me hagas tener que castigarte—responde tomando su cabello con fuerza y obligándola a alzar la mirada

—No soy tu perra—exclama escupiéndole en el rostro, provocándole una risa

—Aún no, pero, debo hacerte pagar por lo que has hecho, traicionarme, besar a Barry Allen, enamorarte de él

—Yo no...—empezó a gritar de dolor, sus extremidades se retorcieron y su cuerpo se tensó cuando sintió la electricidad del collar viajar por sus terminaciones nerviosas, se iba a dejar caer, pero el agarre de Zoom en la cadena la mantenía en su lugar.

Cuando la energía dejo de recorrerla, su respiración era más agitada que antes, sentía el cuerpo débil, la visión algo borrosa y le dolía la cabeza.

—¿Este será tu nuevo juego favorito? ¿ver cuantas rondas de electro shock soporto antes de morir?

—No te dejaré morir, después de todo, eres mi sultana ¿lo olvidas? Eres la mujer que amo—le suelta la cadena y cae al suelo, temblando aún por los rastros de la energía que quedaban en su cuerpo.

Zoom se pone de cuclillas frente a ella, tomando su rostro entre sus manos con cariño y perversa amabilidad.

—Quiero que veas que he cambiado, Badala, no te voy a torturar, no te haré nada que no quieras que haga, voy a respetar tus deseos, no tienes que temer —le promete, pero esa promesa se sentía aún más siniestra que si le hubiera dicho que iba a hacerla suya de nuevo, aunque fuera a la fuerza.

Ashes of love| Barry AllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora