"Cuando el destino llama a tu puerta, no peudes escapar de el"🥀
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-Cuando te miro, las lágrimas siguen saliendo, no se porque venías a mi dando vueltas y vueltas...como si estuviera destinado a ser-murmura Barry con un nudo en el estoma...
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La luz suave de la mañana se filtra a través de las ventanas del laboratorio, Barry está sentado junto a la cama de Badala, su mirada fija en su rostro, esperando algún signo de despertar. De repente, los párpados de Badala tiemblan ligeramente y se abren lentamente.
Barry se inclina hacia adelante, una ola de emoción visible en su rostro. Su corazón late con una mezcla de alivio y alegría al verla despertar. Pero esa emoción se transforma en preocupación cuando nota la mirada de Badala.
Sus ojos, una vez llenos de un fuego y una determinación inquebrantables, ahora parecen tenues, como estrellas distantes perdida en un cielo nublado.
—Badala...—su voz era suave, cargada de emoción
Badala intenta sonreír, pero es una sombra de su sonrisa usual un esfuerzo que habla más de su fortaleza que de felicidad. Con un gran esfuerzo, encuentra la voz para hablar, aunque su tono es apenas un susurro.
—Barry...gracias por cumplir tu promesa de sacarme de ahí—murmura bajando la mirada, Barry observa como su mandíbula se tensa y sus puños se cierran con fuerza—quisiera estar sola por ahora, por favor
Barry, aunque claramente reticente a dejarla, asiente lentamente y se va de ahí sin decir ni una palabra, solo viendo a una chica que parece estar guardando un odio increíble, pero no sabe si es hacía sí misma o hacía Zoom.
Al salir de la sala médica, Harry y Jesse lo esperan en el córtex.
—Ella despertó, esta bien, pero necesita estar sola—les informa
—¿Qué fue lo que pasó en tierra dos? ¿Qué le hizo Zoom? —pregunta Jesse con preocupación y miedo de que sus peores temores se hicieran realidad—¿Acaso él...
—Sí—suspira Barry confirmando el miedo de ambos Wells—le dio una clase de veneno o poción, no sé que era, pero era un liquido rosa, ella perdía su voluntad y solo veía a Zoom, lo complacía en todas las formas y...
—Basta, no quiero escuchar eso—pide Jesse deteniendo el relato de Barry—Badala debe estar destrozada
—Hay que asegurarnos que no este sola—dice Harry
—Ella me pidió estar sola
—Y no le haremos caso, sin ofender, Allen, pero yo conozco mejor a Badala y sé que tiende a sobre pensar demasiado las cosas malas que le pasan, si la dejamos sola, esos recuerdos la consumirán y hará una locura —Harry junto con Jesse entran en la sala médica y Barry suspira.
Viendo como Harry tenía razón, pues, apenas los Wells entraron y se sentaron en su cama, Badala se arrojó a los brazos de Harry y empezó a llorar junto con Jesse quien le acariciaba la espalda y Harry solo la atraía más a su cuerpo.
