UNHOLY MC#1 (Borrador)

Capítulo 4: Poder y testosterona

"Planear la vida es una pérdida de tiempo cuando el destino tenía la suerte repartida y no estaba en la fila."

Un tipo algo entrado en años se acerca a mí y me quita mis cadenas obligándome a pararme con rudeza, mis piernas estaban acalambradas por el movimiento, pero me obligué a caminar para evitar que me arrastra.

Sin hablar lo seguí hasta las fila que empezó a avanzar cuando se unieron las últimas dos chicas restantes que estaban en la mazmorra. El lugar parecía mas un calabozo antiguo con sus paredes de roca y los focos que simulaban antorchas como en el pasado. Nos dirigieron por unas escaleras y el lugar comenzaba a tener un aspecto mas moderno, pasamos varias habitaciones, y observaba todo por si tenía la oportunidad de escapar a pesar de estar perdida en mis pensamientos y muerta de miedo. 

Me detuve cuando miré la sangre en una de las paredes, solo reaccioné cuando sentí que la chica que iba atrás de mí se tropezó conmigo, aún no podía creer todo lo que había pasado en tan corto tiempo.

No sabía que todo era tan crudo y real. 

Definitivamente una cosa era ver y saber y otra sentirlo y vivirlo.

A todas nos llevaron a una habitación blanca y al parecer más limpia que las mazmorras en las que estábamos.

La habitación era tan grande que al menos habían veinte regaderas sin separación.

Todas nos mantuvimos  calladas tal vez por el miedo a lo desconocido y a esos hombres. Nos quedamos en una fila recta como nos habían acomodado y solo nos podíamos ver a las chicas que estaban a nuestro lado.

Todas estábamos desnutridas y muy pálidas, la ropa que traíamos apestaba y estábamos todas manchadas como si tuviéramos años con la misma ropa. 

Solo pasaron unos minutos cuando cuatro hombres entraron a la habitación.

La primera chica salió de la fila y se acercó al hombre que nos liberó de las cadenas, antes de hablar, repasó la fila con su mirada hasta que se detuvo en mí.

Le regresé la mirada hasta que ella la desvío para hablar con él hombre. Tratando de ubicarla la reconocí como la chica que estaba a dos chicas de mi lado izquierdo, cerca de la ventana.

― Es ella― su francés era muy ronco como si apenas estuviera acostumbrada a hablar ― . Ella liberó a la otra chica y estoy segura de que tiene un celular.

Los tipos me miraron y se acercaron para luego sacarme de la fila y aventarme al suelo, algo que me hizo reaccionar rápidamente y cubrirme la cabeza.

― Revísenla― les dijo el tipo mayor a los otros dos y me levantaron. Me manosearon los costados pero no lograron encontrar nada. Me daba asco y no era solo por el hedor que desprendía de mi ropa.

Uno rasgó mi ropa de arriba  para desnudarme enfrente de todas. Rompieron la blusa que antes había sido de un azul muy claro, bajaron mis pantalones mientras forcejaba todo lo que pude, pero terminé en bra y bragas enfrente de todas que miraban a otro lugar menos a mí, algo que les agradecí mentalmente.

Excepto a esa chica que me miraba esperando algo.

― ¡En sus pechos! ―Volvió a gritar y los hombres jalaron mi brasear tirando mi celular y dejando al aire mis pechos, los tape rápidamente, pero eso no evitó que uno pellizcara mi pezón por lo que sin pensar le di un golpe con mi puño en su mejilla casi en su boca.

No me saldrían las palabras para disculparme, aunque no lo mereciera y de eso dependiera mi vida en cambio al ver el hilo de sangre que salía de su boca casi me hizo sonreír, pero el otro hombre me dio una bofetada que al no esperarla hizo que perdiera el equilibrio y callera otra vez dándole la oportunidad de patearme tres veces en mis costillas, respiraba con irregularidad pero no podía hacer nada.