UNHOLY MC#1 (Borrador)

Capítulo 11: Niñeras y artistas

"No sabía que con solo una mirada sabría que todo estaría bien y la suerte estaría echada a nuestro favor o eso esperaba".

Demyan salió puntual de su habitación al día siguiente, no mencionó nada cuando me vio almorzando con Nasti así que yo tampoco mencioné nada. Simplemente salí atrás de él y se subí a su auto cuando me abrió la puerta como todo un caballero. 

No era un silencio incómodo, pero lo quería llenar poniendo algo de música.

—Ni se te ocurra— me dice cuando me ve con la mano extendida. 

—¿Qué tienes? Todos dirían que estarías de buen humor hoy después de los polvos que echaste ayer. 

—No fueron tan memorables como para lograr desestresarme. 

Reprimo mi mueca. Estúpido. 

Ignorándolo agarro mi celular para borrar las conversaciones de ayer y desinstalar uno de mis firewall por si la Bratva me tiene vigilada, Rob me buscará normal, no puedo evitar sonreír. 

Siento la mirada de  Dem en mí, así que actuó normal y abro el navegador para buscar cosas absurdas que provocan que suelte una carcajada. 

—¿Qué haces? —me pregunta cuando entra al estacionamiento de la empresa. 

—Nada— le contesto cuando se detiene y salgo. Sin esperarlo, sacó mi pase y llamo al elevador para subirme rápidamente. 

Agradeciendo a Inga por primera vez y haberme dado mi propia llave de acceso así no dependía de rezar para encontrarme alguien en el elevador. 

(...) 

Todo el día me dispuse a hacerle caso a Inga sin protestar, cualquier cosa para mantenerme lejos del jefe. Aunque él tampoco así nada para buscarme. Era mejor dejar esa parte del trato para su departamento a pesar de que no sea nada memorable. 

Cabrón. 

Bajo al estacionamiento para buscar a Pasha y me lleve al departamento para tomar mis clases de ruso. Ya lo estaba perfeccionando así que no podía seguir negando que hablaba el idioma. 

Me subí a la camioneta cuando lo encontré en su lugar habitual, cerca de la salida. Le sonrió cuando subo, pero se dedica a ignorar me. 

Le cuento de mí día y de todo lo que me puso a hacer Inga, mi almuerzo con Bett y él solo me escucha. O eso espero. 

Llegó justo a tiempo para mis clases con el Sr. Sokolv dónde él se dedica a enseñarme los últimos temas a gritos. Pasamos dos horas así hasta que me quedo sola en la sala de la casa mientras repaso mis anotaciones. Estoy así un buen rato hasta que se escucha el elevador y Dem aparece por la puerta de la sala. 

Nos miramos fijamente hasta que se acerca a mí. 

—¿Cómo vas con tus clases? — me pregunta en Ruso. 

—Muy bien, pronto no me sentiré culpable por maquillar mi currículum— le contesto en ruso. 

—Eso espero porque desde ahora tienes prohibido hablar otro idioma que no sea ruso. — me informa sentándose a lado de mí. 

—Aún hay palabras que se me dificultan — le digo en español. 

—Debes de hacer el intento para practicar, ya llevas un poco más de un mes y medio aquí. 

—Nadie en su sano juicio aprende un idioma en dos meses— sigo hablando en español. 

—Pero vas muy bien— dice en ruso —. Desabrocharme el cinturón— me ordena.