Capítulo 9: Sumisas y permisos

142 49 40
                                    

"Nuestra vida es creada por las decisiones que tomamos así que solo hay dos formas. Te adaptas o mueres".


― ¿Quién es esta bella señorita hijo? ―dice en ruso una señora que sonríe es muy parecida a los dos hombres gigantes con su cabello rubio y su tono de ojos azul se acerca más al de Andrey, tiene un poco de arrugas, pero aun así se miraba joven como para ser mamá de ellos.

―Es mi asistente personal ― me mira por un segundo y con resignación me presenta― Su nombre es Natalia, ella es mi mamá Elizabeth y mi sobrina Andrea. ―me dice en español.

Les sonrió a ambas pero la pequeña me mira fijamente, es como si estuviera viendo al Pakhan en versión mujer y pequeña.

― ¿Y qué hace aquí tío? ―dice la pequeña era una niña de aproximadamente cinco años con un vestido rosa y cabello rubio, no debería ser correcto que la niña mirara como su papá a temprana edad. 

―Aquí vivirá, cariño. El tío Demy necesita que lo ayude en su trabajo. ― contesta Andery hablando con una calma que nunca había escuchado de él, se acercó a la pequeña y levantándola para darle un beso en su mejilla que hace que la niña sonría y me ignore ―. Hoy mamá quiso tener la cena familiar que le habíamos prometido ―Andrey mira a Demyan.

Me sentí tan fuera de lugar que solo deseaba estar descansando del largo día que tuve.

―Si ya no me necesita iré a descansar a mi habitación, jefe. ― le digo en inglés a Demy mientras que las tres personas solo me miran.

―Puedes retirarte. ― me despido, aunque no sé si las dos mujeres me entiendan y prácticamente huyo del lugar. No sin antes escuchar que su mamá regaña a Demyan por no invitarme a cenar con ellos, pero aun así no fuera aceptado su proposición.

Me doy una ducha rápido para descansar un poco debatiendo las opciones que me quedan.

(...)

Siento unas fuertes manos apretándome mi hombro, me levanto a toda prisa de mi cama buscando un arma para defenderme, pero al enfocar mi vista veo a Demyan mirándome atentamente.

Me ofrece una sonrisa que hace que me atraviese un escalofrío.

―Lamento despertarte, pero se acaban de ir―me dice mirando mi cuerpo, el cual solo tenía un pequeño camisón que usaba en las noches calorosas de México y gracias a la calefacción me lo permitía usar aquí.

―Como si en realidad lo lamentaras― dije sin pensar.

―Tienes razón, tu castigo no podía demorarse más tiempo― dice mientras se quita su saco gris, dejándolo en mi cama.

―No te he desobedecido, no tengo que pagar ni un castigo― digo mientras me alejo de él ya que comienza a acercarse a mí. Topo con el closet y él me enjaula en sus brazos.

―Ayer te pedí bajar a mi oficina ―dice acercándose a mi cuerpo y deteniéndose en mi cuello― Ya estás un poco más recuperada, es hora de que empieces atenderme ―continúa dándome dos besos en mi pulso del cuello.

Sabía que tarde o temprano llegaría este momento, deseaba tener un poco más de tiempo. Aún me dolía mi abdomen y costillas, pero el dolor en mi tobillo era tolerable.

UNHOLY MC#1 (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora