Capítulo 42

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22 de mayo de 2021, a las 23:50.

Ya había llegado la hora de la votación, lo que descubriría finalmente el ganador de aquella edición.

Desde la última actuación de la noche, hasta este momento, habíamos tenido un espectáculo variado: primero hicieron una recopilación de las actuación (desde la primera hasta la última), para que así los espectadores se acordaran de cada una de ellas a la perfección; luego habíamos visto un pequeño videoclip musical de dos niños yendo por todo Rotterdam, escapando del padre de la niña, el cual había acabado con una actuación en el escenario (la cual he de decir que la bailé por todo lo alto, ya que terminaron con la canción de Titanium, de Sia y David Guetta); después dieron como un tutorial de Eurovisión, que yo la verdad no le presté mucha atención, ya que estaba más pendiente a colgar stories en Instagram para que la gente nos votara; después de eso, nos enseñaron un pequeño vídeo sobre cómo se construyó el recinto donde estábamos y la preparación que había tenido cada actuación de la noche (incluso las que no habían participado esta noche); también dieron un pequeño vídeo sobre los grandes ganadores de aquel festival, junto con otro vídeo sobre cómo fue evolucionando Eurovisión, luego dieron una actuación algunos de los ganadores de ediciones pasadas, terminando en la de Duncan Laurence, donde también enseñó su última canción; y, finalmente, dieron la cuenta atrás para cerrar las líneas de votación, junto con una recopilación de todos los concursantes de aquella noche.

Cuando la cuenta atrás finalizó, hablaron con las chicas de Malta y luego el organizador de todo aquello dijo unas palabras y dio comienzo al momento más intenso de todo aquello: la votación.

—Ufff, que nervios— dijo Samuel, mientras me daba la mano.

—Y que lo digas— dije yo, con una sonrisa, mientras posaba mi cabeza en su hombro. Entre todos nos dimos la mano y esperamos a ver algún punto nuestro en la pantalla.

Primero fue Israel, que no nos dieron ni el primer punto. Después fue Polonia que, para mi sorpresa, nos dieron dos puntos y, también me fijé, que a Italia les dieron cinco. Después fue San Marino, que nos dieron un punto y a Italia diez (como era de esperarse). Albania nos dio tres puntos y a Italia cuatro. Malta nos dio dos puntos, pero a los Italianos no les dieron ninguno. Estonia nos dieron siete puntos y a Italia, tres. El Norte de Macedonia, no nos dieron ningún punto, mientras que a nuestros amigos les dieron diez. En este momento de la votación, hicieron un pequeño recuento de los votos y en el top tres estaban Suiza, Francia e Italia, en ese orden.

Azerbaiyán no nos dio ningún punto a ninguno de nosotros, pero Noruega le dio a Italia cinco puntos. Ahora tocó el turno de España, que, sin yo llegarlo a pensar, no le dimos ni un punto a Italia, haciendo que Damiano se diera la vuelta de su sitio y nos mirara con una cara, en plan, riñéndonos, con el ceño fruncido y con una sonrisa recta, haciendo que todos los de nuestro sofá, nos riéramos. Luego de nosotros, fue el turno de Austria, que nos dio un punto, pero a los italianos seis.

Volvieron a hacer un recuento de votos y ahora el top cinco era Suiza, Francia, Malta, Italia e Islandia, justo en ese orden, solamente bajando un puesto los italianos. Luego de ese pequeño recuento, tocó Reino Unido, que nos dieron cuatro puntos, pero a Italia ninguno. Después fue el turno de Italia, que para mi sorpresa nos dieron diez puntos. Eslovenia nos dio cuatro puntos, mientras que Italia le dio los doce, ¡Le dio los 12 puntos! Yo estaba muy feliz por mis amigos y no pude evitar aplaudirles.

Grecia, le dio cuatro puntos a Italia, pero a nosotros no; Letonia nos dio cuatro puntos y a Italia ocho; Irlanda no le dio ningún punto a ninguno de los dos, al igual que hizo Moldavia; con Serbio cambió un poco la cosa, ya que a nosotros nos dieron diez puntos y a Italia ocho; Bulgaria le dio a Italia diez puntos y a nosotros uno; Chipre le dio ocho a los italianos y a nosotros tres; Bélgica nos dio ocho a nosotros y dos a nuestros amigos.

I wanna be your sin. ||Ethan Torchio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora