Capítulo 30

152 14 8
                                    

19 de mayo de 2021, a las 12:05. 

Sofía se acababa de ir y en el aire se respiraba cierta tensión entre las dos bandas. Yo solamente me limitaba a mirar al suelo, ni tan siquiera podía levantar la vista de allí. No sabía ni que hacer ni qué decir. 

Cuando por fin me atreví, después de casi tres minutos de inmensa tensión, levanté la vista y me encontré de lleno con unos ojos azules. Estos, cuando me encontraron a mi también, se podía decir que hasta se iluminaron. Como si fuera inconscientemente, ambas chicas nos empezamos a acercar. Estábamos a pocos centímetros la una de la otra, ya luego pensaba que me iba a dar un beso, cuando de repente se tira a mis brazos. 

—Siento mucho lo que te está cayendo. No te mereces nada de eso. Esos paparazzis son unos cabrones. — me dijo ella con tristeza en su tono. Yo, al darme cuenta que no la estaba abrazando ya que estaba como una vara, la estreché entre mis brazos. — De verdad, si necesitas algo, dímelo. 

—Muchas gracias Vic. Lo tendré en cuenta. — le agradecí, cerrando más mi agarre. 

Mientras nosotras dos estábamos abrazadas, sucedió algo que no me esperaba. Oliver, se levantó de su sitio y se dirigió hasta Ethan. Pensaba que le iba a decir cualquier chorrada, pero sin embargo, cuando estuvo cerca del de pelo largo, abrió los brazos y le dio un abrazo, cosa que recibió bastante bien el italiano. Su abrazo duró menos que el nuestro, dando este por finalizado con dos palmadas en la espalda de Ethan y con el siguiente comentario:

—Es una putada lo que han hecho, pero no te quedes ahí estancado y sigue adelante. — le dijo Oliver al italiano, con una pequeña sonrisa aunque más de pena que de felicidad. 

Cuando Victoria y yo nos separamos, vi como Damiano se acercaba hasta nosotras:

—Ay, ay, ay, Alejandra… Que gran, gran putada. — dijo Damiano rodeándome los hombros con su brazo y dándome un beso en la cabeza. — Lo siento mucho… Recuerda que si quieres hablar, solo necesitamos un paquete de tabaco. 

Yo esbocé una sonrisa de labios sellados. — Muchas gracias, Damiano. 

—No hace falta darlas. Ya sabes que voy a estar para lo que quieras. — dijo él con una sonrisa. 

—Lo mismo te digo. — apareció Thomas de pronto.

—Gracias chicos, lo tendré en cuenta.— les contesté con una sonrisa de labios sellados. Desvío la mirada un momento hacia Ethan y veo que está rodeado de mis amigos. Escucho como le dicen al italiano que le dan apoyo y que están ahí para lo que quisiera él. Incluso Leo, después de que recorriera alrededor los sofás, -ya que los chicos le impedían ir por el camino más corto- vino a junto mía y me dio apoyo. Me encantaba que aunque nos conocieramos desde hace poco, ya hubiera cierta confianza. 

—Chicos, ¿Nos sentamos? Estos tacones me están matando.— se quejó Damiano, el cual llevaba unos tacones incluso más altos que los míos. Todos estuvimos de acuerdo, ya que la mayoría llevábamos calzado muy poco cómodo, así que nos sentamos en los asientos que habían disponibles alrededor nuestra. Yo, me senté entre medias de Thomas y Victoria, y al lado de esta se encontraba Leo. 

—Bueno… ¿De qué queréis hablar, chicos?— preguntó Samuel, acomodándose entre Damiano y Theo. 

—Nosotros…— empezó a hablar Victoria, pero rápidamente se intimidó por la mirada de todos pegada a ella. Sin embargó, a la misma velocidad, tosió un poco y volvió a hablar.— Nosotros queríamos proponeros una cosa que se nos ha ocurrido. 

—¿Qué se os ha ocurrido?— les pregunté mientras cruzaba las piernas. 

—Sabemos que aún hay cierta tensión en el ambiente, así que se nos ha ocurrido que una noche de estas salgamos por ahí.— dijo Damiano cruzándose de brazos. Después de que el moreno hablara, hubo un profundo silencio por parte de todos. Entre los de Chaotique nos mirábamos para saber una respuesta, pero no había nada más que indecisión en nuestras miradas.

I wanna be your sin. ||Ethan Torchio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora