Capítulo 44

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23 de mayo de 2021, a las 3:15.

Las puertas del ascensor se abrieron y yo salí como un chispa del ascensor, en busca de Sofía.

Recorro con la mirada todo el vestíbulo y en la zona de los sofás, me la encuentro a ella, junto con un chico bastante alto de pelo castaño, con ropa arreglada pero informal. A una distancia prudente de nuestra manager, se encontraban los chicos, los cuales miraban serios a Sofía, la cual hablaba con el tío ese… que por descarte ya sabía quién era.

—Tú vete con los chicos… ya me encargo yo de esto— le digo a Ethan en su susurro.

De verdad, ni cinco minutos siendo novios y yo ya tenía un follón con mi ex.

—No te pienso dejar sola y menos con ese— dijo él en un tono imponente.

—Tranquilo, no me va a pasar nada… no es mi primer rodeo— dije y sin esperar su respuesta, me fui hacia Sofía, la cual según me vio, pareció que acababa de ver la luz.

Me voy acercando poco a poco hasta ellos dos y cuando estoy a menos de cinco pasos de distancia, el chico que hasta ahora estaba de espaldas, se da la vuelta:

—¡Hombre, Ale, cuanto tiempo!— dijo Raúl con una sonrisa. En cuanto ví que pretendía abrazarme, dí dos pasos rápido hacia Sofía y me pegué bien a ella para que ese tío ni se atreviera a hacerme nada.—Por lo que veo ya no eres tan cariñosa como antes.

—Ni falta que hace— le respondí lo más cortante que pude y después me dirigí a Sofía.— ¿Qué pasó? ¿Para que me llamaste?

—Él quería hablar contigo— dijo Sofía, pidiéndome perdón con la mirada. Después me explicaría como había sucedido en realidad, pero seguramente él le estuvo encima para que yo bajara y hasta que lo consiguió no paró.

—Exacto, y ahora, Sofía, por favor, ¿Nos podrías dejar solos? Es que quiero hablar con Ale a solas— dijo él, con una cara de no haber roto un plato en su vida, pero por lo menos en mi casa había roto más que uno.

—No, no puedo— le contestó ella cortante.— Si le quieres decir algo, tiene que ser conmigo enfrente.

—¿En serio eso es necesario?— le preguntó él, con una cara diferente ahora.

—No, no es necesario…— dije yo, intentando quitarme esto ya de mi camino. Aunque agradecía mucho que Sofía no me quisiera dejar con este a solas, de alguna forma u otras esto lo tenía que pasar yo sola.— Puedes marcharte e irte con los chicos… Bien quedo sola.

—¿Segura?— yo asentí no muy segura.—Vale… Estoy allí con los chicos.

—Vale, muchas gracias Sofía, ya te puedes ir— dijo Raúl, para después sentarse en uno de los sofás. Yo con la mirada me dije a Sofía que se fuera y ella me hizo caso a duras penas, yéndose a donde estaban los chicos.— Bien, ya estamos solos… por fin.

—¿Qué quieres Raúl?— le pregunté directamente con los brazos cruzados.

—¿Es que acaso no te vas a sentar?— me preguntó, señalándome con la mano el sofá que tenía detrás mío. Para no darle muchas vueltas al asunto, me senté.—Así mucho mejor.

—¿Qué quieres?— le vuelvo a preguntar, ya que no lo veo muy convencido a él como para explicarme por su cuenta que había aquí.

—¿Ya no me llamas amor como lo hacías antes? O cariño, o corazón…— se rió y meneó la cabeza de lado a lado burlonamente. — ¿En qué momento mi Ale se fue y se ha convertido en esta?

—Primero, me llamas Alejandra. Segundo, creo que si piensas un poco en el por qué, puedes sacar tus propias conclusiones… Pero en fin, el caso, ¿A qué has venido?

I wanna be your sin. ||Ethan Torchio||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora