Capítulo 26.

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26

Treinta minutos para la medianoche.

Mansión Kim.

Luego de aquel día tan cansado y difícil, Jungkook finalmente pudo ir a su habitación y descansar. Creyó que lo haría apenas llegará a la mansión, pero, Juhyun quería jugar con él y aunque sus abuelos intentaron persuadirlo, el niño terminó convenciendolo. Después de todo, un día sin verse es mucho tiempo para ambos.

Ellos siempre se habían tenido el uno al otro.

Así fue como terminó jugando con su pequeño en compañía de los señores Kim.

Ahora estaba recostado en la cama mirando fijamente el techo repleto de dinosaurios, miró a su pequeño dormir plácidamente a su lado y acarició con gentileza su cabellera, dormirían aquí está noche a causa del estado de Jungkook. Los padres de Taehyung insistieron en que se quedarán en la mansión, así podrían cuidarlo entre todos. —Ojalá tu vida se plena y carente de sufrimiento, mi pequeño. —Susurró, dejando un beso en la cabellera de su hijo. —¿Que debería hacer? —Se preguntó en un susurro.

Volvió a mirar al techo mientras los minutos pasaban, su mente divagaba lentamente.

¿Debía seguir con esta farsa ahora que sabía toda la verdad sobre quienes eran realmente los Kim?

Un suspiro salió de sus labios mientras analizaba todo el panorama.

Había firmado un contrato que debía cumplir si no quería ser penalizado, pero, él que debía ser su esposo no era solo un simple empresario, sino también el jefe de una de las mafias más poderosas y peligrosas del mundo y no solo eso, es el peor enemigo del padre de su hijo.

Padre de su hijo... ¿Si quiera tenía el derecho de ser llamado así?

¿Fue un buen padre?

Los recuerdos llegaron lentos y dolorosos como el día que los vivió uno por uno.

El día del nacimiento de su pequeño fue el que más fuerte caló en el.

[Pasado]

Jungkook sonrió mientras terminaba de doblar la ropa de recién nacido de su pequeño bebé, estaba muy feliz, solo faltaban dos semanas para dar a luz y estaba preparando todo para el gran momento.

El timbre de la casa sonó, dejó de lado las pequeñas prendas y se levantó con dificultad, su embarazo había sido normal y sin dificultades más allá de las náuseas y síntomas comunes.

Acarició su vientre abultado y aún sonriendo se dirigió hacia la puerta, apenas la abrió su sonrisa se borró y una fuerte bofetada aterrizó en su rostro.

—Debo felicitarte, eres más perspicaz de lo que creí. —La voz llena de desprecio de la mujer frente a él, logró llenarle los ojos de lágrimas en segundos. —Mira que hacer que mi pequeño dejara todo por ti, es... Interesante, ¿Es una nueva modalidad para robar fortunas? Las personas como tú saben cómo asegurar a su presa. —Señaló su vientre y Jungkook lo cubrió de forma instintiva. —Un bebé, un bastardo que seguramente no es de mi hijo.

—Señora, de que...

—Cállate, bailarín de cabaret. —Los labios de Jungkook temblaron, odiaba sentirse tan sensible por su embarazo. —Escuchame bien, tú y tú hijo bastardo JAMÁS serán parte de la familia Hwang. —Escupió con odio. —Primero muerta, antes de permitir que ese bastardo lleve nuestro prestigioso apellido. —Rebuscó en su cartera algo. —¿Cuánto quieres? Ya me basta con saber que se casaron a escondidas.

Papá por accidente || Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora