En dónde por culpa o gracias a Niall, Harry termina hablando con un joven y apuesto multimillonario de ojos azules...
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⤑ᵐᵒᵈⁱˢᵐᵒˢ ᵃʳᵍᵉⁿᵗⁱⁿᵒˢ
⤑ˢᵒᶜⁱᵃˡ ᵐᵉᵈⁱᵃ
⤑ᵉˣᵃᵍᵉʳᵃᶜⁱᵒⁿᵉˢ ⁽ᵐᵘᶜʰᵃˢ⁾
Entonces, ya es mediodía del viernes, y Harry se encuentra en su casa con su amiguito Niall, como es de costumbre...
- Bueno, ya. Pasame el celu que quiero ver si Verónica me cambia el día.- pidió cansado.
- No, dejáme leer esto una vez más.- le alejó el teléfono.
- Puta madre, Niall.- gruñó.
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Y Niall estalló en risas por tercera vez en lo que iba del día, burlándose de su amigo.
- No se puede ser tan salame. Tomá.- le devolvió el aparato.
- Pelotudo.-
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- Ok, Vero trabaja el domingo, que es mi día de franco, pero me cubre hoy y yo voy el domingo y la cubro a ella.- comentó Harry cuando finalizó la llamada con su compañera de trabajo, sintiéndose aliviado por haber conseguido el día libre.
- Bueno, despertame a las cinco.- pidió el rubio, dándole la espalda a Harry en la cama y durmiendose rápidamente.
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- ¡AAAH! ¡Me voy a morir! No quiero, ¡no quiero! no puedo irme sin haber experimentado el amor. ¡Tengo toda una vida por delante! Me quiero graduar primero ¡AAAH!- gritaba Harry, temblando completamente.
- Calláte, infelíz. No te vas a morir por un poco de agua fría en el pelo.- lo retó Niall mientras le lavaba la cabeza.
- Me estoy muriendo.- continuó quejándose de manera dramática.
- Decilo una vez más y te meto la cabeza entera debajo del agua.- amenazó.
- Que frío la puta madjsglugluglú--
Niall cumplió con su palabra.
- Te dije.-
- ¿Cuánto falta?- preguntó después de un tiempo, estando ya exhausto. Su cuello dolía por la posición encorbada que tenía para hacer que su pelo llegara al lavamanos, sumándole el hecho de que el pibe mide como dos metros.
- Te termino de enjuagar y ya está.- le hizo saber, intentando que se tranquilice y resista.
Al finalizar con el lavado del cabello, Niall le envolvió los rulos con una toalla y lo dejó en paz por un rato. Solo un rato, porque pasados diez minutos ya estaba aplicándole otros productos en el cabello.
- aaah.- se quejó despacito.
- ¿Ahora qué?-
- Tengo las orejas prendidas fuego.- dijo cubriéndose para protegerse del aire caliente que provenía del secador.
- De todo te vas a quejar.- bufó el rubio sin dejar de secarle el pelo.
- AY.- lloriqueó ahora por un nuevo motivo.
- Perdón, se me enredó el peine.-
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- ¡Mirá que preciosa melena!- halagó Niall acariciando los hermosos rulos ya listos, hidratados, nutridos y evidentemente más brillantes que el futuro de la que escribe esto. -Tenés que lavarte el pelo más seguido.- sugirió mientras le sacudía el pelo, sintiéndose satisfecho con su trabajo al notar la suavidad de los capilares, y cómo estaban tan bien formados los bucles de manera natural.
- Si yo me lavo el pelo.- se defendió, casi indignado.
- Si pero para el orto.- acotó antes de soltar una risotada.
- Bueno, discúlpame. No todos estamos cursando peluquería. ¿sabes? -
- Deberían.-
Pasó un rato antes de que el rubio se despidiera de su amigo, deseándole la mejor de las suertes, para luego marcharse a iniciar su jornada laboral.
Ahora Harry no tenía idea de qué hacer en sus tres horas restantes...
Es que, generalmente nunca estaba a esa hora en su casa siendo día de semana.
