Olivia decide pasar unos días en la academia biónica, ya que los Davenport e incluso Dooley, la consideran parte de la familia.
Pero qué sucederá cuando dos chicos llegan ahí para buscar la manera de tener poderes. Más todo sale mal cuando un villa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❉━━☆━ఇఌ⍟ૡ━☆━━❉
▶︎LA PISTA DE HIELO◀︎
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿QUÉ DIJO SEÑORITA "MARTIN"–le preguntó la maestra sin entenderle.
«Y dale con cambiar mi apellido» dijo en su mente la latina tratando de no mostrar una cara de frustración.
—Que... gas...si. Huele a gas–improvisó. La maestra llevó su mano a su boca mirando por cualquier lado tratando de saber de donde era, los compañeros simplemente no entendían a lo que se refería la chica–. No se preocupe, maestra. Yo misma iré a avisarle al director–al momento que la maestra abrió su boca para hablar, ella ya había salido del salón.
Pero cuando lo hizo no lo encontró. No sabía por donde se había metido el azabache, ella caminó esperando encontrarlo. El pasillo estaba vacío ya que todos estaban en sus respectivos salones.
Sin embargo, ella sintió unas manos en sus hombros que le hicieron dar un salto de susto. Pero eso no fue todo ya que cuando se giró a ver al responsable le tiró también un golpe en la mejilla.
—¡Ay, por Dios! ¡Kaz!–se llevó ambas manos a su boca al mirar al pobre chico en el suelo por el tremendo golpe que le dió la latina.
—Debí avisar mejor–se quejó él tocando su mejilla.
—Lo siento. ¿Qué haces aquí?–le tendió la mano para poder ayudarlo. Kaz al estar de pie la miró y una sonrisa se mostró en su rostro.
—Quería verte–confesó.
—¿En hora de clases?–frunció las cejas.
—Se que no fue una gran decisión, ya que yo también estaba en clase y le pedí al maestro que me dejara ir al baño. Así que con discreción tomé el tempo-transportador y heme aquí–agregó con una gran sonrisa. Olivia aún lo miraba sin entender su presencia–. Vine para invitarte a salir.
—¿Como una cita?–la pregunta hizo que el azabache se sintiera nervioso. Comenzó al balbucear.
—Bueno si tú quieres... puedes decir que no. Está bien-
